Aprender a atenuarlas será clave para conseguir un «look» favorecedor que nos reste años, tratando de evitar los errores más comunes: el exceso de producto y la aplicación incorrecta
Ojeras y bolsas no son un problema estético exclusivo de las pieles maduras, aunque sí es cierto que tienen mayor incidencia a partir de cierta edad. Por tanto, aprender a atenuarlas ocupará un lugar relevante en el maquillaje para pieles maduras y será clave para conseguir un «look» favorecedor que nos reste años. Lo primero, será aprender a diferenciar ambos problemas para tratarlos adecuadamente.
La ojera es un problema estético de coloración bajo el ojo que se manifiesta con el oscurecimiento de esta zona, normalmente en un tono morado, azulado o grisáceo. La razón por la que aparecen las ojeras es que el área bajo los ojos cuenta con una piel más fina que el resto de la cara, lo que permite que las venas situadas en esta zona se transparenten en mayor o menor medida.
Normalmente, la aparición de las ojeras está relacionada con situaciones de cansancio (por falta de sueño o agotamiento), aunque también pueden ser síntoma de problemas de circulación, estrés o déficit alimentario, entre otras causas. Según la Clínica Baviera, para combatirlas se puede recurrir a tratamientos como el drenaje linfático, los «pellings» y la carboxiterapia, así como a cremas y medicamentos específicos.
Por su parte, mientras las ojeras se presentan como una alteración en la coloración de la piel bajo los ojos, las bolsas se manifiestan como un problema de volumen. Y es que se trata de la hinchazón marcada de esta zona que se caracteriza por la presencia de un surco que marca la diferencia de volumen entre la bolsa y el rostro. Entre sus posibles causas está la retención de líquidos, la falta de descanso o los desequilibrios en la dieta, aunque, al igual que puede ocurrir con las ojeras, puede haber una predisposición genética.
Esta hinchazón suele ser más pronunciada cuando nos acabamos de levantar, especialmente si ha habido problemas para conciliar el sueño durante la noche. En ese caso, puede aliviarse ligeramente aplicando frío en la zona y masajeándola con las yemas de los dedos para reactivar la circulación. Sin embargo, la solución definitiva para los casos más graves es la cirugía, mediante la técnica de blefaroplastia.
Atenuar bolsas y ojeras con maquillaje
El primer paso a la hora de atenuar bolsas y ojeras con el maquillaje será tratar la piel del contorno de forma adecuada. Así, como primer paso de la rutina de maquillaje tendremos que hidratar el contorno del ojo con un producto específico a la vez que aplicamos la hidratación facial. Si se trata de una zona que presenta mucha sequedad, podemos recurrir a productos más untuosos de lo normal, aunque si vamos a aplicar correctores para la ojera o la bolsa a continuación esto pueden impedir que se fijen adecuadamente y acaben acumulándose en los pliegues bajo el ojo.
Ocultar ojeras en piel madura
Cuando hablamos de rostros maduros con ojeras poco marcadas (no demasiado oscuras), lo ideal es cubrir la zona simplemente con la propia base de maquillaje para no sobrecargar la piel. Si se trata de una ojera oscura y bastante visible, entonces en lugar de aplicar base de maquillaje en la zona debemos recurrir a los precorrectores de color para compensar esa anomalía en la coloración y uniformizar el tono en el área bajo el ojo.
Puesto que el tono más habitual de esa coloración anómala de las ojeras se sitúa entre los azules y los morados, el precorrector adecuado para anularlas será un tono contrario, de la gama de los naranjas, melocotón y salmón. La intensidad del tono del precorrector dependerá de la intensidad del tono de la ojera. A más oscura, más intenso será el color del precorrector.
Una vez aplicado el precorrector y anulado el tono antiestético de la ojera, podemos aplicar el corrector sobre la zona (en el mismo tono que la base) o incluso unas gotas de la propia base de maquillaje.
Dónde aplicar el corrector de ojeras
Un error habitual al utilizar el corrector (o precorrector) es aplicarlo justo por debajo de las pestañas inferiores, cuando el área oscurecida del ojo se concentra en la parte interna del ojo y se expande hacia la transición con la mejilla. Si hacemos esto solo conseguiremos resaltar las arrugas del contorno del ojo haciendo que el producto se acumule bajo las pestañas.
Así, debemos centrarnos únicamente en el área oscura del ojo, incluyendo la zona entre el lagrimal y la nariz si también está pigmentada.
Disimular bolsas de los ojos con maquillaje
La clave para atenuar las bolsas en los ojos es ocultar el surco que se marca por la diferencia de volumen bajo el ojo. Para ello recurriremos a un corrector que aplicaremos justo sobre la línea de la bolsa con ayuda de un pincel y difuminando bien, con el fin de borrarla. Es importante aplicar una cantidad mínima de corrector para evitar que el producto se acumule en las líneas de expresión propias de las pieles maduras y, en concreto, en el propio pliegue de la bolsa.
Puesto que la idea es elevar ese surco debemos utilizar un corrector de maquillaje, en un tono más claro que la base que llevamos, tratando siempre de evitar manchar el interior de la bolsa para no hacerla destacar. Así, la aplicación deberá realizarse con movimientos hacia abajo (hacia la mejilla) para no aclarar el interior de la bolsa. Para difuminar bien podemos acabar con toques de la yema de los dedos para que el producto se integre bien en la piel.
¿Sellar el corrector?
Los polvos son uno de los productos más conflictivos a la hora de maquillar una piel madura, ya que el acabado que dejan tiende a marcar los signos de la edad, al acumularse en arrugas y líneas de expresión. Por el contrario, lo recomendable es optar por productos que aporten hidratación a la piel, que la dejen jugosa y no sobrecarguen la tez al maquillar.
En caso de que hayamos cubierto la ojera con precorrector y corrector (o base de maquillaje) lo mejor será emplear polvos traslúcidos aplicados con una esponja humedecida o bien con una brocha de pelo suelto descargada previamente. La idea es utilizar la mínima cantidad de polvo posible para conseguir sellar el área sin apelmazar la zona.
