¡Nos encanta descubrir productos nuevos de maquillaje! Y más, si son tan innovadores como este que se nos presenta navegando por las redes sociales. Se trata de una base de maquillaje de color cambiante, la TLM «color changing foundation», que se adapta a nuestro tono de piel. Sí, has oído bien. Vendría a solucionar los problemas que nos encontramos quienes no somos profesionales del maquillaje a la hora de dar con nuestro tono y nuestro subtono de piel. Si a ti también te cuesta, no te pierdas este truco para que no te equivoques con el tono de base de maquillaje.
El caso es que tras toparnos con esta peculiar base de maquillaje mágica, hemos decidido profundizar más en el producto para comprobar si funciona y quiénes lo han probado.
Sin duda, una base de maquillaje de color adaptable sería toda una ventaja para los maquilladores, que no tendrían que estar cambiando de tono de maquillaje para ajustarse a las necesidades de cada piel.
¿Cómo funciona el maquillaje que cambia de color?
Como suele suceder con muchos de los hallazgos de cosmética que nos encontramos por la Red, el maquillaje que cambia de color también es un producto «made in China» cuya apariencia recuerda mucho a la de la conocida base de maquillaje Ultra HD de Make Up Forever.
En cuanto a la formulación, cuenta con un factor 15 de protección solar y está diseñada para ser utilizada por todo tipo de pieles. Promete una cobertura media de larga duración (hasta 16 horas) resistente al agua y la humedad que cubre imperfecciones y uniformiza el tono.
Según la marca, la clavel maquillaje TLM cuenta con una revolucionaria tecnología a base de microperlas que contienen pigmentos que se segregan en función del tono de piel sobre el que se aplique. Es decir, que se oscurece más o menos en función del tono de la tez.
Desde luego la teoría suena muy bien. Pero, ¿y la práctica?
Lo que dicen quienes la han probado
Muchas de las reseñas disponibles en YouTube coinciden en una primera sensación tras aplicar la base de maquillaje de color blanco: tiene una apariencia como de protector solar, inicialmente muy densa y que requiere unos minutos de aplicación para asentarse bien sobre la piel. De hecho, aunque en los sitios en los que se comercializa se anuncia como ligera y cremosa, con una fórmula capaz de controlar la grasa, algunas opiniones hablan de una textura que puede resultar no apropiada para pieles mixtas o grasas.
Por otra parte, parece haber unanimidad sobre su cualidad más importante: el producto realmente cambia de color cuando se funde con la piel, de hecho muchas lo comprueban a retirarlo con toallitas. Pero no llega a mimetizarse con el tono exacto, sobre todo si hablamos de pieles oscuras. El resultado es que la mayoría obtiene una tez con un ligero aspecto más blanquecino.
Tras diferentes aplicaciones, parece que se consiguen mejores resultados al aplicar con las manos la base antes que con esponjas o brochas, aunque el tono que se obtiene sigue sin ser el adecuado.
Además, muchas de las reseñas destacan su intenso aroma que perdura tras la aplicación y que para algunos resulta exagerado e incluso molesto para el contorno de los ojos. Sin embargo, en algunas de las páginas en las que se comercializa el producto se indica que no contiene perfumes.
En algunas de las reseñas se puede percibir cómo el producto deja un residuo en la piel a modo de microgránulos blancos que son visibles sobre la tez en los planos más cercanos. ¿Serán esas las microperlas es las que se basa su prometedora tecnología?
En definitiva, la idea de un maquillaje universal que se adapta a cualquier tono de piel resulta revolucionaria y necesaria (aunque las firmas de cosmética no estén de acuerdo), pero aún parece lejana. Seguiremos esperando a esa base de maquillaje del futuro…