Voraz ha conseguido lo que nadie esperaba, convirtiendo un kiosco de parque en una auténtica experiencia gourmet más que recomendable. La primavera asoma con fuerza en la naturaleza que se abre paso entre mesas y sillas, mostrando la cara más exquisita de un parque que rebosa vida y que esconde una sabrosa sorpresa.

Es la elección perfecta tras una jornada de compras en las concurridas tiendas de diseño que salpican Los Remedios, un barrio que parece haberse puesto de moda y que combina a la perfección el ambiente ejecutivo con el familiar o el sofisticado.

La terraza es uno de los grandes atractivos que tiene, puesto que conserva la estética y la paz que se espera de un parque y permite al mismo tiempo dejarse llevar por una carta llena de creatividad y buenos ingredientes.

Tiene mesas altas para un picoteo informal y otras en las que prolongar el almuerzo un poco más, dejándose acariciar por los rayos del sol y disfrutando lentamente de la sobremesa. La parte de dentro está pensada para los días de mucho calor o para la temporada de invierno, aunque la enorme cristalera que tiene permite seguir sintiéndose integrado en el parque.

Mientras que los fines de semana es recomendable reservar, los días laborales no suele haber problema para encontrar mesa, y son muchos los trabajadores de la zona que lo eligen para tomar algo, además de un público que acude al barrio atraído por su variedad de tiendas y de buenos sitios donde comer.

Tiene aparcamiento para bicis dentro de la terraza, con lo que muchos de los que se acercan al parque para pedalear bajo los árboles acaban haciendo una parada para disfrutar de algunas de sus atractivas propuestas gastronómicas.

¿Se puede comer en un parque sobre una elegante alfombra? La respuesta es sí, y se encuentra en el suelo de Voraz.

Los entrantes

Para comenzar tiene en su carta una impresionante Ensalada de burrata, tomate kumato, gominola de albahaca y sorbete de limón que juega con los sabores y las texturas y no deja indiferente al que la prueba.

También tiene Ensalada de pollo ahumado, agua de tomate y crema de cogollos; Tatín de verduras con queso de cabra o una original Ensaladilla de salmón con suave de melva. La oferta del mar tiene un par de platos con los que se hace la boca agua, como el Taco de merluza de pintxo en tortillas de camarones con mahonesa de piparras, un auténtico acierto para quienes se inclinen por el pescado.

La Torrija de bacalao, sopa de tomate e infusión de boletus es otra de sus especialidades, junto al Pulpo a feira con parmentier o el Calamar de potera sobre crema de queso y albahaca y alioli de anchoas.

Para carnívoros

Los que quieran algo contundente pueden decantarse por una deliciosa Presa de bellota, que viene acompañada de unas ricas patatas fritas y unos pimientos del padrón fritos. Aunque no es de las opciones más ligeras, merece la pena si se va con hambre y ganas de una buena carne, o si se pide para compartir.

Su carta también tiene Magret de pato, la Burguer Voraz o Carnes rojas selectas para los muy carnívoros.

Ahora bien, en Voraz los golosos encontrarán más de un buen motivo para irse con buen sabor de boca, puesto que entre sus postres se encuentra un delicioso Couland de chocolate con helado de vainilla ideal para los que pierden la cabeza con el chocolate.

Tarta de piña colada o Crema de fruta de la pasión con helado de hierbabuena, tomillo y granizado de naranja sanguina son otras opciones para quienes quieran acabar el almuerzo con un punto dulce sin pasarse.

Si la sobremesa se presenta relajada, nada mejor que terminar con un cóctel o una copa al aire libre, puesto que cuenta con barra exclusiva para este tipo de bebidas.