En el marco de la pasada Noche en Blanco de Sevilla se inauguró en el centro comercial Torre Sevilla una exposición que unía la moda y la cultura, en concreto el legado andalusí. El diseñador al frente de la firma X-Adnan, Adnan Al-Abrash de padre sirio y madre leonesa, ha respondido a las preguntas de Bulevar Sur sobre su personal proyecto para vestir al hombre.

Hasta el 17 de octubre puede visitarse este recorrido al aire libre en el que disfrutar de fotografías de moda, arquitectura, descripciones, referencias estéticas, arquitectónicas, etc.

¿Cómo te llega la posibilidad de crear esta exposición?

Es un proyecto de Buenos días, que dotan de contenido a este centro comercial y querían tocar la moda, pero no moda como tendencia sino aplicada a Sevilla, a Andalucía y a la cultura y de ahí el legado andalusí. Y en eso solo estoy yo en España. Llevo muchos años trabajando en el mundo de la moda para otras firmas como Angel Schlesser y Victorio & Lucchino y hace unos 7 años decidí montar mi propia marca. Como elemento diferenciador he tirado de raíces, en España no se toca mucho el tema de la chilaba, la moda de chico va hacia la androginia, y pensé en esa idea. Sabía que aquí podría ser complicado, pero pensando en Andalucía y en el mundo árabe vi esa opción. Empecé con toda esta línea de cultura árabe mezclada con la española y eso les cuadraba perfectamente para la exposición. La herencia árabe de Andalucía conecta perfectamente con mi visión de la moda.

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¿Cómo llegaste al mundo de la moda?

De rebote y de la mano de Angel Schlesser. Me contrató, mi formación es empresarial, con él trabajé casi 15 años y conocí el sector. La verdad es que toda la industria me gusta, desarrollar un boceto y llevarlo a producto final, una historia romántica de tener un tejido, cortarlo, que una modista lo cosa… Todos nos vestimos, es una necesidad básica que hay que cubrir y al vestirte dices sin palabras y eso es lo que más me atrae de la moda. Con las tendencias puedes jugar o dejarte influir. Caigo en el mundo de la moda poco a poco, me voy enamorando. Antes era muy bruto y compraba mi ropa en cualquier parte, pero cuando ves la capacidad de la industria, todo cambia. Puedo elegir el tejido que me de la gana, no el que me dicen las marcas, poner los bolsillos de tal modo o en tal sitio… todo eso hace que se convierta en un juego que se transmite en tu imagen propia.

¿Y tu paso por Sevilla?

Salto de Angel Schlesser a Victorio & Lucchino, siempre trabajando a nivel empresarial. Fue una etapa genial, estoy enamorado de Sevilla y me lo pasé muy bien. Después me fui a Londres y fue allí donde hice un curso, me empapé de la cultura del vestir que es totalmente diferente… Parece que todos trabajan en moda, visten como quieren, nada es criticable… Cuando volví de Londres empecé a crear mis propios diseños y poco a poco comencé y estoy muy contento porque de alguna manera entendí lo que es ser diseñador construyendo una identidad.

¿Es el sector de la moda masculina mas difícil?

Totalmente. El hombre hasta hace poco no se interesaba en general por la moda, compraban en grandes grupos que hacían trajes o camisas como churros. La ropa es lo que nos ayuda a diferenciarnos, me apetecía darle al hombre eso que la mujer sí tiene. Cuando yo entraba en Zara veía cuatro plantas de mujer y una de hombre, para ellas miles de opciones de estampados y colores, para hombre todo lo veía soso y aburrido. Veía que no le hacíamos caso al hombre, meterme en ello me apetecía porque no estaba tan ‘explotado’, el handicap es que el mismo hombre es más complicado de conseguir. Aunque poco a poco están llegándome las chicas…

¿Cómo has hecho tuya la chilaba, una prenda tan estática y con tanta historia?

La he hecho mía solo cambiando lo que la cubre. Esta prenda está supeditada al mundo árabe y sobre todo en Oriente Medio donde hay muchos europeos que la lucen en momentos especiales o en viajes a Ibiza,  a Marruecos… y descubren que es comodísima. Me he traído la chilaba a mi estilo. Son muy básicas en realidad, pero las mías tienen trabajos de patchwork, tejidos y colores combinados… Las saco de lo normativo que es que ellas vayan de blanco y ellos de negro. He jugado con tejidos, cambiado un poco el patrón, pero sin perder la esencia… Al final las compran sobre todo las chicas porque se las ponen para salir de fiesta.

¿Cuándo volveremos a verte en Sevilla, quizá con tus diseños?

En Sevilla me gustaría muchísimo, pero es complicado porque somos una empresa pequeña con recursos limitados. Estamos focalizados en la venta online a países árabes y ubicados en Madrid.

¿Ese cliente extranjero árabe como es?

Como allí utilizan la chilaba para ir a trabajar, el hecho de comprar una chilaba por internet y hecha a mano en España es muy valorado y lo publican a los cuatro vientos. Creo que es un elemento diferenciador muy positivo a nuestro favor. Me gusta hacer partícipe al cliente porque les dejo elegir un modelo y les doy opciones de tejidos, tipos de botones, algunos cambios… Y sin tener la prenda aún ya le tienen cariño porque han estado involucrados. Es un servicio diferente, el masivo ya está cubierto. Oriente Medio lo compra encantado.

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¿Qué elementos de Oriente y Occidente forman parte de tu estilo?

El aspecto básico es haber nacido y crecido con familia árabe. La familia de mi padre venía y pasaba largas temporadas con nosotros en Marbella, Granada, Córdoba… Desde pequeño he visto a mis tías con sus chilabas y pañuelos, a mi abuelo que llevaba chilaba pero también traje occidental pero diferente por la camisa o el toque distinto de la americana… Eso lo he mamado y cuando me pongo a hacer las cosas me sale innato, no tengo ni que pensarlo. Se me enciende la chispa siempre con la materia prima, me gusta ver tejidos y que te hable. No tengo miedo a mezclar siempre que haya equilibrio y elegancia, que te las pongan y duren años y años y sigan pareciendo nuevas. De la cultura árabe lo mezclo todo, lo llevo de Madrid a León y paseado por Andalucía. Creo que el mundo es ‘worldwide’ y deberíamos vestir igual en cualquier ciudad del mundo, todos somos iguales con esa diferenciación personal que da una prenda o estilo. Me encanta esa idea de una maleta con cuatro piezas con las que comer en Tokyo, salir a tomar algo en Sevilla y luego cenar en Nueva York . Algo universal, parece contradictorio, pero no lo es. Lo universal, llevártelo a lo particular.