Francia espera ya rival en cuartos de final -España o Senegal- después de vencer a Croacia en un duelo muy igualado que se decidió en el último minuto. Los galos llegaron a ir ganando por 16 puntos, pero entre Bogdanovic y Tomic obraron el milagro y pusieron a Croacia a tiro de triple a un minuto para el final, en el que no hubo opción para consumar la remontada.
Tanto Croacia como Francia se habían plantado en octavos de final casi por inercia, pero arrastrando problemas que resultaban difíciles de esconder y que también salieron a la luz en el duelo protagonizado ayer por ambos. El impulso que experimentaron los croatas en el último choque de la primera fase les duró durante el primer cuarto del partido ante Francia. El supuesto amago de motín contra Repesa afianzó el espíritu de equipo hace unos día, les sirvió para superar a Puerto Rico y plantarse en octavos. Sensaciones positivas, pero intermitentes, que ayer tampoco tuvieron continuidad.
Su gran inicio estuvo en buena parte propiciado por los franceses, que a mitad de campeonato siguen buscando el camino correcto en ausencia de Parker. Collet no encuentra un líder adecuado en el equipo, en el que ni Diaw ni Batum acaban de tomar el testigo del base de los Spurs. Sin él, el juego es anárquico. A tirones. Viven del físico y de la genialidad de un puñado de jugadores. Ayer, el turno le tocó a Fournier, marginado por Collet durante buena parte del torneo, pero que ante Croacia emergió para rescatar a su equipo cuando nadie lo esperaba.
Dominaba Croacia (7-15, min. 5), tras un desastroso arranque galo (3 de 16 en tiros de campo en el primer período), cuando Collet dio entrada al jugador de los Nuggets. Intrascendente en los primeros cinco partidos, la gomina de Fournier brilló como nunca en el Palacio de Deportes. Sus once puntos al descanso le habían servido a Francia para darle la vuelta al marcador (23-22), en un primer tiempo desastroso en el que solo se salvó el alero francés.
Con la confianza en el lanzamiento recuperada, Francia fue un rival inalcanzable para Croacia. Solo Bogdanovic mantenía a los balcánicos en el partido, irregulares como durante todo el campeonato.
Batum se enganchó al partido con el marcador a favor y dejó el duelo casi sentenciado (46-30). Lo habría estado para cualquier equipo, pero no para esta Croacia de talento inmenso que cuando funciona es capaz de todo. La reacción llegó tarde, aunque estuvo a punto de costarle un disgusto a Francia. Tomic lideró la remontada, que situó a Croacia cerca de la victoria (66-64) tras un triple de Bogdanovic a falta de un minuto para el final. Faltó tiempo y será Francia la que espere a la selección española, otra vez, en cuartos de final.