Pasado el ecuador de la primera fase de la Copa del Mundo, no hay un jugador más determinante que Pau Gasol. El español promedia casi 24 puntos y 7 rebotes por partido. Números poco habituales para él en los últimos tiempos, en los que los problemas físicos y la incertidumbre por su futuro deportivo lastraron su rendimiento.
Pau Gasol ha sonreído más en este mes y medio con la selección que en los dos últimos años en los Lakers. Liberado por fin de la presión que sufría en cada partido que vestía de amarillo, el español ha vuelto a ser el jugador determinante que ayudó a la franquicia de Los Ángeles a reverdecer laureles con dos anillos consecutivos. Al otro lado del Atlántico, en un despacho de Los Ángeles, alguien debe estar tirándose de los pelos. El adiós de Pau a los Lakers para jugar en Chicago fue bien recibido por la afición angelina, que a estas alturas habrá cambiado ya de opinión.
Tim Thibodeau, asistente de Krzyzewski en la selección de Estados Unidos y próximo entrenador de Gasol en los Bulls, se frotaba las manos anoche con la exhibición de Pau ante Brasil. El español dejó en evidencia el juego interior de Brasil durante el primer cuarto, en el que consiguió doce puntos, todos ellos dentro de la pintura. Ni Splitter ni Nené Hilario pudieron frenar su potencial interior.
Tras el descanso, con los brasileños en alerta y la zona fortificada, el pívot cambió de registro y se fue hasta el perímetro, desde donde anotó tres triples a los que sumó otra canasta más en contragolpe. Once puntos consecutivos que dinamitaron el banquillo sudamericano e hicieron estallar el Palacio de Deportes de Granada.
«Lo de Pau no me sorprende. Es un jugador muy fiable desde la línea de tres, como ya demostró durante la gira de preparación, en la que acabó con el primer o el segundo mejor porcentaje de acierto», aseguraba Orenga tras el encuentro. El técnico desvelaba también que durante los entrenamientos es habitual ver al pívot «picarse» con Navarro en concursos improvisados de triples que terminan de uno u otro lado.
Para Orenga, la clave del rendimiento de Pau está en la tranquilidad que vive con España. «Los dos años que lleva de críticas en la NBA son injustos. Es uno de los mejores en su posición, muy versátil. Ha dado la cara siempre, hasta con problemas físicos. Aquí está bien y está feliz, juega donde quiere y creo que va a seguir mejorando», afirmó el técnico, feliz con el rendimiento del equipo en su conjunto antes del día de descanso, en el que aprovechará para preparar los duelos ante Francia y Serbia con los que España cerrará la primera fase.