Serbia y Francia protagonizaron el que quizá ha sido el mejor partido de la Copa del Mundo hasta el momento. Un duelo vibrante, cargado de emoción hasta el final, que se decidió en los últimos segundos gracias al temple balcánico, que evitó que los galos culminaran una remontada de 16 puntos en los últimos diez minutos. Teodosic se llevó el pique de genios que le enfrentó a Batum en un cara a cara épico que es parte ya de la historia de la Copa del Mundo. [Estadísticas del Francia-Serbia]
Francia cayó ante una Serbia espectacular por minutos y comandada por un gran Teodosic, autor de 24 puntos, 18 de ellos en una primera parte para enmarcar. El base fue el timón de los serbios antes del descanso, con un acierto brutal que elevó el espíritu de sus compañeros y que permitió a los de Djordjevic irse a los vestuarios con una ventaja notable (32-46) que parecía definitiva.
Si no lo fue, la culpa la tuvo Batum, empeñado en hacer creer a los suyos con la remontada. El jugador de los Blazers anotó 25 puntos en la segunda mitad (35 en total), al tiempo que secaba la producción ofensiva de Teodosic con una defensa para enmarcar.
Con un cuarto por jugarse, Serbia lideraba el marcador con autoridad (43-59) pero Batum aún creía. El alero comenzó a anotar canastas compulsivamente, casi sin pensar. El balón le llegaba a las manos y acababa siempre en la canasta. Como era imposible frenar su muñeca, Djordjevic exigió calma a sus jugadores. Buscó el temple y jugó con el reloj para buscar el final. Llegó a ponerse a tiro de canasta Francia (82-84) a falta de 17 segundos, pero Serbia no falló desde la línea de tiros libres y jugará la final ante Estados Unidos el domingo.