No ha hecho falta nada más que un pobre partido en el Mundial para que Argentina sepa que su entrenador no es Alejandro Sabella, sino Leo Messi. Que la «pulga» no es solo el mejor jugador del mundo, junto a Cristiano, es un pequeño gran detalle que ya hace mucho tiempo que lo sabían en su club, el Barcelona. Allí, no se sienta en el banquillo con traje y corbata, pero casi. Guardiola se marchó harto de él, entre otras cosas. Palabras mayores. Quizás Sabella haga lo mismo tras el campeonato del Mundo. O no. Pero lo que ya tiene claro es que su poder y jerarquía y la de Messi es «ex aqueo».
El controvertido sistema de juego de Argentina durante la primera mitad de su debut ante Bosnia (defensa de cinco y sólo tres centrocampistas) mosqueó a Leo y el astro no se cortó ni un pelo en hacer público su enfado: «Era el primer encuentro del Mundial e imagino que el técnico no quería dejar escapar los tres puntos. Pero somos Argentina y creo que no debemos fijarnos quién tenemos enfrente». El mensaje de Messi, directo y al pie, no pudo ser más transparente.
Sus palabras han sido las protagonistas de la preparación de la albiceleste del segundo partido del torneo, ante Irán, que se jugará esta tarde (18.00, GolT, ABC.es) en el Estadio Minerao de Belo Horizonte. Sabella se sintió decepcionado con Lionel por su reproche público y tuvo que ser Demichelis, un peso pesado del vestuario, quien saliera a poner paz: «Messi no pone ni saca a nadie. Quedó claro en el momento en que Banega no integró la lista de 23. Él fue uno de los más sorprendidos». También el propio seleccionador, pensando en el colectivo y en el buen ambiente del grupo, ha querido zanjar el asunto y ayer echó balones fuera cuando se le preguntó por ello: «No me molestaron las apreciaciones de Leo. Además, manifestó lo que ya había dicho anteriormente. Lo hizo con respeto y es algo que sabíamos. Vivimos en un clima de cordialidad. No busco enemigos externos y lo que más me importó siempre fue tener bien la relación con mi plantel. Acá hay libertad, compañerismo y buen ambiente».
Polémicas aparte, ante Irán los dos grandes beneficiados de las palabras de Leo serán Fernando Gago y Gonzalo Higuaín. Sabella saldrá de inicio con una defensa de cuatro que permitirá al mediocentro de Boca ser de la partida en el centro del campo y al Pipita jugar arriba junto al Kun.
Adiós del primer seleccionador
Mientras, en Irán, se habla más de la sorprendente marcha de su seleccionador, Carlos Queiroz, que del propio duelo ante los sudamericanos: «Mi etapa aquí ha terminado. No había respaldo del Gobierno, dejó de haber un interés genuino por la situación financiera, se cortó el diálogo y decidí no continuar». Ya ven, en todos los sitios cuecen habas.
