En cada partidillo, la rutina con la que finalizan los entrenamientos de España, se buscan pistas en lo que prueba Vicente del Bosque, que marea en los ensayos porque no da pistas gordas de cómo debutará en el Mundial. Se dan por hechas algunas posiciones, pero bailan algunos nombres especialmente en la zona de ataque, siempre en función de si apuesta por un delantero puto o juega con falso «9».
Casillas es indiscutible en la portería y la defensa estaría clara de no haber probado en repetidas ocasiones con Javi Martínez en el eje de la zaga junto a Sergio Ramos. Cuesta imaginarse a Gerard Piqué en el banquillo, pero la realidad es que Martínez es el único que ha disputado los últimos 270 minutos con España (Italia, Bolivia y El Salvador) y lo ha hecho como central. Gusta por su polivalencia y va muy bien por arriba.
Azpilicueta tiene garantizada su presencia, pero un contratiempo de última hora deja abierta por qué banda lo hará. Jordi Alba, el único lateral zurdo puro, tiene problemas con una muela del juicio que le lleva por el camino de la amargura y Juanfran, por si acaso, está en la recamara.
Se antoja imposible pensar en una España sin Xabi Alonso y sin Busquets por mucho que el madridista no actuara en el teórico equipo titular del último entrenamiento, fundamentales para el equilibrio. Falta por ver el papel de Xavi, a quien hay que dosificar y que tiene a Koke como alumno aventajado por si es necesario en el debut.
Y ya arriba depende del delantero. Silva está como un tiro, mejor que nadie en las últimas citas pese a salir desde el banquillo, y le podría robar el puesto a Pedro. Entonces, Iniesta jugaría volcado en la izquierda y en el centro del ataque varias opciones. Contra una defensa poblada como la de Holanda, Del Bosque siempre apuesta por un falso delantero como Cesc, que tampoco es que ande muy fino. Pero durante toda la semana ha probado siempre con atacante puro y ahí discuten Fernando Torres y Diego Costa.






