Aprovechando que ayer concluyó la prórroga del Estado de Alarma, deseo hacer una reflexión que expresa a la vez una convicción y una advertencia: José María Aznar tenía que haber decretado el Estado de Alarma tras los atentados del 11-M y pospuesto las elecciones generales de 2004 hasta que los riesgos de amenazas terroristas se hubieran disipado. Esa es mi convicción. Sin embargo, seguro que los enemigos de José María Aznar no le hubieran consentido un Estado de Alarma tan plácido como el que ha disfrutado Zapatero, a quien ya le consta que nos hemos envainado el invento sin decir ni «mu». Esa es mi advertencia.
Si Aznar hubiera aplazado las elecciones de 2004 el mismo 11-M, nos habríamos ahorrado la mala gestión de la información gubernamental del atentado y hasta la malévola insinuación de los terroristas suicidas, cuyos cadáveres jamás aparecieron. Si las elecciones del 14-M se hubieran prorrogado, seguro que nadie habría incinerado los restos de los vagones y ahora sabríamos con certeza qué fue lo que explotó aquella aciaga mañana. Quizá igual se habría demostrado que fue Al-Qaeda, pero las víctimas no estarían litigando como hasta ahora para conocer la verdad.
Si el PSOE ha creído que una huelga de controladores aéreos era condición necesaria y suficiente para «sacar los tanques» (expresión que a la prensa española le encanta aplicar cuando se habla de América Latina), ¿habría apoyado una medida parecida en 2004 tras la masacre de Atocha? Ni con ocasión del 23-F fue decretado el Estado de Alarma. Ignoro si alguien del gobierno de Aznar llegó a proponerlo, pero a la vista de lo que hemos sido capaces de tolerar por una huelga de controladores aéreos, quiero creer que en 2004 todo el mundo habría entendido que se hubieran decretado el Estado de Alarma y postergado las alecciones generales tras el atentado del 11-M.
Si las elecciones generales de 2004 se hubieran aplazado, lo más probable es que el PP hubiera ganado y nos habríamos ahorrado los papelones de Zapatero en el poder y de Rajoy en la oposición. «España no se merece un gobierno que mienta», nos dijo Rubalcaba, aunque su gobierno ha mentido durante tres años negando la existencia de la crisis. España no merece que le mienta la derecha, pero está clarísimo que nos merecemos todo lo que nos pasa por ser tan condescendientes con las mentiras de la izquierda.
Si Aznar hubiera decretado el Estado de Alarma y prorrogado las generales de 2004, Zapatero habría perdido las elecciones y la secretaría general del PSOE, Rosa Díez quizá habría tomado las riendas del partido y ETA no sería ahora mismo el as bajo la manga del PSOE. ¡Se me ocurren tantas cosas que podrían ser distintas o que simplemente no hubieran sido! Por ejemplo, un gobierno del PP habría advertido a tiempo la crisis y la habría gestionado mucho mejor, porque los gobiernos de izquierda dilapidan la riqueza, pero no saben crearla. Lo más probable es que a Aznar ni se le pasara por la cabeza que podía haber decretado el Estado de Alarma y aplazado las elecciones, pero Zapatero ya lo sabe y encima ha dado la vuelta al ruedo después de hacernos la faena.
