A roto julio su estreno como trueno de verano, dando zambombazos que retumban por las cuatro esquinas de nuestras preocupaciones, desplegando aparato eléctrico hasta sentirnos condenados en la silla de los calambres, con subidas del gas natural, del butano y de la luz. Qué manera de empezar un mes, señores míos. Menos mal que el ministro de la cosa, don Sebastián, dijo que se iba a fajar hasta la extenuación para que la luz no subiera. Gracias a Dios que se ha fajado, porque si llega a pasar del asunto y no le planta cara nos ponen la luz a la altura de la torre Pelli, que también sube poco a poco. Qué manera de entrar en julio. Qué forma de amargarte la existencia. No basta con las noticias que llegan de Portugal o de Grecia. Cuando la paga de Navidad veas recortar en Portugal, pon la tuya a remojar. Y en Grecia se vende todo. Hasta el principio de Arquímedes y el teorema de Pitágoras. Es un país en venta. Mejor dicho: no es un país. Es una odisea que aspira a serlo.
Estamos rodeados. Por los nuestros y por los vecinos. Y cualquier alcance de la radio o la televisión es para ponerte los pelos como a Cañizares. Busca uno refugios virtuales donde protegerse de un bombardeo tan continuo y tan dañino para la moral. Y ya te niegan hasta las gambas. Nos pueden subir la luz, el gas natural y el butano. Nos pueden subir la hipoteca y el precio del alquiler de la playa. Grecia puede vender hasta su siglo de oro, con Pericles incluido. Y Portugal esperar por Navidad que la caja de polvorones de la paga extra pese la mitad. Pero que en España vengan a decirnos ahora que no se puede chupar la gamba… A ver, Antonio Casado, pincha en control de Tele Sevilla el «Chupa la gamba» que le colocabas a los felices días de Marchena y Torrijos, cuando el dueto rojo carabinero aparecía en la tele demostrando que el mejor amigo del hombre es el centollo público, el marisco municipal pagado por Sevilla.
No se puede chupar la gamba. Eso dicen los especialistas de la cosa. Por lo visto, las cabezas de las gambas concentran altas dosis de cadmio y el cadmio contamina más que un batido de E.Coli. Y es ahora, precisamente cuando media Europa se desmorona y España se siente cada vez más malita, cuando nos dicen que no chupemos la gamba. Mejor, pensarán, es que nos chupemos el dedo y veamos cómo suben la luz una vez más, el gas natural nuevamente y el butano ni te digo. Chúpate esa, mandarín. Chúpate las tres subidas del tirón y no chupes las cabezas de las gambas que te pueden dañar. ¿Dañar? ¿Que están preocupados por nuestra salud? ¿Precisamente ahora que todo va mal? Que se pierdan, hombre. Que busquen una selva con leones y se pierdan. Dañar, lo que se dice dañar la salud de la gente lo hacen subiendo el gas, la luz, el butano y… la tensión arterial. En una subida de estas a más de uno le da un jama.
¿Ahora dicen que es malo chupar gambas? Ahora lo que es malo es el futuro de algunos que la han estado comiendo a costa de la política…
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