Actualizado Martes, 28-07-09 a las 10:12
El bicampeón del Tour de Francia regresa a casa. Después de que el domingo se alzase con el triunfo, por segunda ocasión, en la ronda gala, Alberto Contador ha vuelto a España para celebrar el triunfo con sus vecinos de la localidad madrileña de Pinto.

Precisamente el ayuntamiento de la localidad de Contador ha fletado dos autobuses hasta el aeropuerto de Barajas para recibir a su campeón. Las manecillas del reloj rebasaban en casi media hora las tres de la tarde cuando el mejor ciclista del mundo aparecía, entre una nube impenetrable de escoltas policiales, por una de las puertas de la terminal. Algo más de un centenar de personas le esperaban con gritos de apoyo y felicitación, que han sido correspondidos con saludos y fotos con conocidos por parte del pinteño.

Tras el ajetreo de aficionados y periodistas que han arropado con demasiada efusividad a Contador, el sonriente y aclamado ciclista se ha dirigido al centro de la capital para dar una rueda de prensa en la Real Casa de Correos. Allí, en la madrileña Puerta del Sol, ha opinado sobre la carrera, sus compañeros y, por supuesto, sobre Lance Armstrong.

«Relación nula» con ArmstrongContador ha confesado, en referencia a su todavía compañero en el Astana, que «nunca le he tenido gran admiración a nivel personal». Le da la enhorabuena «y nada más», ha dicho, después de aclarar que le parece uno de los mejores deportistas pero que la relación, en el aspecto personal, «es nula».

Esto ha hecho que durante toda la ronda francesa la situación en el equipo se volviese «incómoda». Dos cabezas, dos líderes para un mismo equipo, y un conflicto que caló en los hoteles donde descansaban. El peor día del Tour, de hecho, fue la jornada tras su ataque en Andorra, donde dejó tirado al estadounidense. No sólo por la exigencia física, sino también por el ambiente enrarecido que se respiraba entre los compañeros del Astana.

Lo que sí reconoce el de Pinto es que toda la polémica ha conribuido a mantener el interés por una prueba «aburrida». «Comprendo que al público se lo haya parecido», respondía Contador; «hasta pasados los Pirineos no ocurrió nada».

También ha tenido duras palabras para el director del Astana, Johan Bruyneel, del que ha dicho que «no me ha decepcionado». Es «normal», según el ciclista español, que apoyase más a Armstrong, ya que «Bruyneel se lo debe todo».


Futuro en el aireSin embargo, Contador no se ha mojado a la hora de hablar del récord de Miguel Induráin, el español con más Tours con cinco en su haber. «Los retos me los planteo año a año», ha expresado el nuevo mejor ciclista del mundo.

Sobre lo que tampoco ha querido enseñar sus cartas ha sido sobre su próximo equipo. «Hay varias posibilidades, y hay dudas» en cuanto a continuar en el Astana. Pero ha mandado un «recadito»: «Espero que vayan al cien por cien conmigo».

Después de declarar que la confusión del himno (sonó el danés en lugar del español en el podio del campeón) fue «una metedura de pata enorme; se sabía de antemano que iba a ganar», Contador ha sido recibido por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien sí le ha cantado el himno nacional.


Pinto, de amarilloTras ser galardonado con la Medalla Conmemorativa de la Comunidad de Madrid en la sede de la Presidencia, la Real Casa de Correos de la madrileña Puerta del Sol, Contador se ha trasladado a su ciudad, Pinto, para darse un baño de multitudes. Allí, con la sintonía homenaje al ciclista que le tributaron sus vecinos de «Los chicos de la calle Pez», le han esperado unas 5.000 camisetas doradas en la Plaza de la Constitución para aclamarle delante de su ayuntamiento.

Después de darse un paseo en autobús por su localidad, Contador llegó puntual, a las ocho de la tarde, a la plaza abarrotada de banderas españolas. Ya en el balcón consistorial y de nuevo con el himno español de fondo ha recibido el cariño de sus conciudadanos («No somos uno, no somos dos, somos el pueblo de Contador») y les ha correspondido enorgulleciéndose de llevar el nombre de Pinto por el mundo. «No cumplo el dicho de que nadie es profeta en su tierra», ha dicho entre vítores, además de añadir que les ha tenido muy presentes en todo momento. Especialmente, por supuesto, en los momentos difíciles como la contrarreloj de la penúltima etapa, que se llevó por sólo tres segundos y en la que recordó las pantallas gigantes de su gente para recobrar renovadas fuerzas y dar la puntilla al Tour.

Ahora, tras un día de celebraciones continuas, llega para Contador lo mejor de estas tres semanas: el descanso y la alegría que compartirá con su familia.

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