
DE SAN BERNARDO
El corredor Alberto Contador, tan exacto en escoger el momento de atacar en un puerto de montaña y tan preciso en la cadencia de pedaleo en contrarreloj, se equivocó el día siguiente de proclamarse campeón del Tour de Francia por segunda vez. «Ya son varias victorias y pensaba que la repercusión sería menor. Con el calor que hace, no me esperaba que fuera a venir tanta gente». Cerca de 5.000 pinteños recibieron a su paisano en la plaza de la Constitución, frente al Ayuntamiento de la localidad.
El paseo de Alberto Contador, de 26 años, por la ronda gala tuvo una diferencia con el paseo triunfal del recorrido por las calles del municipio madrileño donde creció. En Francia no recibió ni siquiera el apoyo de su equipo, volcado en su compañero siete veces campeón del Tour, Lance Armstrong. Los vecinos estaban dispuestos a dar todo el cariño que no tuvo durante la carrera. Contador ha lamentado en varias ocasiones la tensión en los hoteles tras el final de las etapas.
Todo héroe necesita un villano. Los pinteños no tardaron en señalar al malo de la carrera. «El Pistolero» de Pinto contra el tejano. Francisco Ruiz, vecino de la localidad sureña, resume el sentir de la plaza: «A mí, Armstrong ya me caía mal de antes, cuando superó el récord de los cinco «tours» de Induráin. Ahora me cae aún peor por cómo ha despreciado a Alberto y cómo ha puesto a todo el equipo y el director en su contra».
Francisco llevaba una de las miles de camisetas amarillas que llenaron la plaza emulando el maillot del primero en la general del Tour. El jersey bueno, el del campeón, lo agitaba Contador desde el balcón del Ayuntamiento, tras un paseo en descapotable por las calles del pueblo.
El alcalde de la localidad, Juan José Martín (PSOE), acompañó al campeón en el balcón, junto con los concejales Reyes Maestre (Juntos por Pinto) y Carlos Pénit (IU), responsables de la moción de censura que expulsó a Míriam Rabaneda (PP) de la alcaldía. Los pinteños abuchearon y pitaron al equipo de Gobierno, ansiosos por escuchar las palabras de su campeón.
Contador no decepcionó a pesar de su afonía. Los aplausos entre el ciclista y el público eran recíprocos. «Cuando me jugaba los últimos kilómetros de la última contrarreloj, me acordé en ese momento de todos vosotros porque me dijeron que habían instalado pantallas gigantes aquí en la plaza». Contador ganó esa etapa por tan sólo tres segundo, apretando los dientes, gracias al empujón de sus paisanos. Era el momento de agradecerlo.
Desde las seis de la tarde los paisanos de Contador llenaban la plaza a la espera de su héroe. Los jóvenes eran la mayoría ruidosa con aplaudidores amarillos repartidos por el Consistorio. «Todos estos chicos jóvenes, que ahora están haciendo el tonto, tienen un grandísimo ejemplo en un vecino», aseguraba Marta García, pinteña de siempre. «Lo ha pasado mal por la falta de compañía. Que vea que no está solo».
El pueblo vio crecer al corredor. Algunos vecinos son parte culpable de su triunfo. Como Lola Grandal, amiga de la familia. «Mi hijo Álex se lleva ocho meses con Alberto. Son amigos de siempre. Cuando tenía que cuidarle, siempre trataba de escaparse con la bici. Yo decía: «Alberto, hasta que no te tomes el bocadillo no coges la bici. Mírale ahora, campeón del Tour. Estamos todos muy orgullosos».
Los pinteños recibieron al campeón del Tour, Alberto Contador, que subió al balcón principal de la Casa Consistorial para agradecer todos los apoyos ayer por la tarde


