Con su nueva denominación, los espectaculares disparos del luso, multiplican su repercusión mundial
Actualizado Jueves , 25-02-10 a las 14 : 48
Casi 25.000 entradas. Ese es el resultado que muestra la pantalla del ordenador cuando uno introduce en el buscador google las palabras Cristiano Ronaldo y 'tomahawk'. Y es que desde que el crack portugués bautizase así en el diario As a sus lanzamientos de falta tras el gol conseguido ante el Villarreal, su repercusión se ha multiplicado exponencialmente.

Los periodistas del diario deportivo le proponían al luso denominar sus disparos de alguna manera y, para su sorpresa, Cristiano aceptaba el reto inmediatamente y respondía con una palabra: 'tomahawk'. Un tipo de arma de los nativos norteamericanos, que en la era moderna prestaría su nombre también a un misil de crucero desarrollado en la década de los 70. Desde ese preciso momento, los espectaculares disparos del «9» blanco lograron lo único que les faltaba, un nombre que les hiciera reconocibles en todo el mundo. Y las consecuencias no se han hecho esperar.

Antes del "bautismo", evidentemente los disparos ya eran conocidos, por algo Cristiano es uno de los jugadores más mediáticos del planeta fútbol, pero su repercusión no era tan abrumadora. Los goles estaban en Youtube, sí, pero su eco no llegaba al nivel actual. Y eso lo ha cambiado sólo una palabra. Ahora, si uno teclea en google 'tomahawk' junto al nombre del jugador, en la pantalla se muestra una lista interminable de entradas diferentes. Unas enlazan con descripciones de la forma de chutar del jugador del Real Madrid, otros llevan a vídeos con sus lanzamientos de falta más espectaculares... pero no es el número lo que llama la atención. Lo que realmente da cuenta de la repercusión de los recientemente bautizados disparos de CR9 es la variedad de idiomas en los que se habla de ellos. Inglés, francés, alemán... en este mundo globalizado en el que vivimos, la nueva denominación de los golpeos del jugador más caro del mundo ha traspasado todas las fronteras.

No es de extrañar. Lanzamientos de falta se han visto muchos, desde la "folha seca" del brasileño Didí a los "misiles inteligentes" de Roberto Carlos... Sin embargo, nunca se había visto lo que hace el nuevo icono del madridismo. No sólo por los 100 kilómetros por hora que puede llegar a alcanzar el balón. O por el extraño efecto que le imprime Cristiano (y que hace que apenas gire en su camino hacia la portería y cambie de trayectoria en el último momento), sino también por toda la parafernalia gestual de la que el luso rodea al lanzamiento.

El lanzamiento, objeto de estudio y debateTodo ello ha provocado que el lanzamiento haya sido incluso estudiado científicamente, analizando al detalle el ángulo de inclinación del cuerpo del portugués en el momento de chutar o la superficie donde el pie contacta con el balón... El último acercamiento al estilo de CR9 es el que realizaron en Cuatro tras el Real Madrid-Villarreal. En el espacio de deportes de esta cadena compararon la forma de lanzar las faltas del futbolista con la forma de actuar de los pateadores de rugby. Y lo cierto es que las semejanzas entre una y otra son asombrosas.

El ritual de Ronaldo es prácticamente igual al de un jugador de rugby. Arranca con la colocación del balón sobre la hierba. El mimo del luso en esta fase del lanzamiento es máximo, tomándose todo el tiempo del mundo a la hora de situar el esférico con la válvula hacia abajo para lograr un impacto más preciso. Un objetivo para el que resulta también fundamental la medida de las distancias, un proceso que empieza con Cristiano situado al lado del balón, marcando el lugar en el que se apoyará su pie izquierdo en el momento del golpeo, y continúa con el jugador contando hacia atrás los pasos hasta el punto de partida de su carrera hacia el balón, ligeramente a la izquierda del mismo.

Un momento de concentración, visualizando el proyectil (el balón) y la zona de la diana (la portería) donde debe llegar, es él último paso antes del lanzamiento, cuando el portugués logra impactar la pelota de tal manera que consigue impulsarla a más de 100 kilómetros por hora (103 contra el Zurich, 102 en Marsella y 101 ante el Villarreal) y sin que apenas gire, dotándolo de un efecto imprevisible antes de besar las redes rivales.

Una mecánica que Ronaldo ha perfeccionado con horas de entrenamientos, pero que resulta de una facilidad innata del portugués a la hora de golpear la pelota. De momento, desde su llegada al Real Madrid, ha conseguido 4 tantos en 23 lanzamientos... pero nadie duda que la cosa no se quedará ahí.

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