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Legionella y Enfermedad de los Legionarios

Surge de nuevo en Madrid la alarma ante un brote de Legionelosis o Enfermedad de los Legionarios

Día 25/10/2010
Surge de nuevo en Madrid la alarma ante un brote de Legionelosis o Enfermedad de los Legionarios. Esta bacteria, desconocida hasta 1977, fue descubierta como resultado de la intensa investigación que siguió a un brote epidémico de neumonía (pulmonía) entre los asistentes a la convención anual de la Legión Americana (enfermedad de los legionarios) celebrada en un hotel de la ciudad de Filadelfia en julio de 1976. La bacteria desafió durante meses a un numerosísimo grupo de científicos que finalmente anunciaron su descubrimiento en los primeros meses del año 1977.
En los 33 años transcurridos desde entonces, la legionelosis se ha convertido en una enfermedad relativamente común, que causa sobre todo neumonías esporádicas o epidémicas. Con menor frecuencia es causante de un cuadro febril no neumónico y más raramente de infecciones fuera del pulmón y de las vías aéreas. Hemos aprendido bien en estos años que las distintas especies de Legionella viven bien en el agua de ríos y lagos e incluso en el agua clorada de consumo, en la que pueden encontrarse en pequeñas cantidades. El sobrecrecimiento de Legionella se produce cuando dicha agua se remansa y se calienta. La dispersión de grandes cantidades de Legionella en forma de aerosoles es el mecanismo subyacente más frecuente tanto en los casos esporádicos como en los epidémicos y no se acepta la transmisión de persona a persona.
La legionelosis es más frecuente en verano y otoño. En ello, probablemente influyen las entradas y salidas en funcionamiento de algunos sistemas de acondicionamiento de aire cuando hay variaciones importantes de la temperatura de unos a otros días, como está pasando ahora en Madrid. Ocurre con mayor frecuencia en pacientes ancianos y con enfermedades de base, entre las que destacan la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, los trastornos cardiovasculares, el alcoholismo, la diabetes mellitus, las enfermedades renales y la inmunodepresión.
Hoy, el diagnóstico es mucho más fácil que en los años siguientes al brote inicial y el tratamiento de la legionelosis se hace con antibióticos muy activos frente a esta bacteria, como los macrólidos o las fluor-quinolonas, al que responden bien la inmensa mayoría de los pacientes.
Los brotes de legionelosis, de mayor o menor dimensión, ocurren en todo el mundo y hoy por hoy es imposible reducirlos a cero. Un buen sistema sanitario puede minimizar su frecuencia y dimensión implantando medidas para eliminar esta bacteria de los sistemas de climatización de aire y con el tratamiento del agua. Es imprescindible disponer de una buena Epidemiología y Salud Pública y es vital contar con una red de Servicios públicos de Microbiología eficientes y coordinados, integrados plenamente en los hospitales.
Madrid tiene todo eso y por ello es plausible que este brote iniciado hace poco más de una semana tenga un pronto final.
(Jefe del Servicio de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón)
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