Mal deben andar las cosas en el PSOE local cuando va el candidato Espadas y coge una pataleta tremenda porque hace poco Gallardón estuvo con Zoido trasteando con los planos del Metro y le dijo que sus propuestas son muy sensatas. Para Espadas y sus asesores, eso ha sido una injerencia inadmisible en las cuestiones de Sevilla y Gallardón debería dedicarse a arreglar Madrid y a pagar sus deudas, no a echarle cables a Zoido en su campaña. Resulta de lo más curioso este arrebato del candidato más mimado que jamás un partido haya presentado en Sevilla, que fue designado directamente por el propio Griñán incumpliendo todos los plazos y procedimientos habidos y por haber, que fue presentado expresamente por Zapatero con toda la parafernalia al uso, al que todos los consejeros tienen orden de placear con los máximos honores en cualquier acto y al que encima han hecho senador por la cara para que no le falte un perejil y pueda estar en todas las salsas, además de tener garantizado el futuro, si llega el caso.
Mal deben andar las cosas, y peor las encuestas. En el PSOE están de los nervios y su alcaldable deambula ofuscado y celoso, obsesionado en ver la paja en el ojo ajeno mientras ignora con total desfachatez la viga en el propio, llegando incluso a extremos ridículos. Como el del otro día, cuando Espadas se encajó en el acto de colocación del primer tubo de la Feria dispuesto a chupar cámara para contrarrestar a Zoido, y se tuvo que ir por la gatera con el rabo entre las piernas porque el candidato pepero no apareció y su presencia en la foto, sin invitación y metido con calzador, iba a ser un cantazo homérico, otro más. Menos samba e mais trabalhar, menos fotitos y más propuestas, menos berrinches y más compromisos serios. Y si al final no se gana, que desde luego no será por falta de apoyos, pues nada, cuatro añitos en la oposición y a volver a intentarlo. Como cualquier hijo de vecino.