Tras su estreno en Fox - y ser la serie revelación en EE.UU. la pasada temporada- llega esta noche (22.15 horas) a la parrilla de La Sexta "The walking dead". El británico Andrew Lincoln ("Love actually") es el encargado de dar vida (es de los pocos que no es un zombi) a Rick Grimes, un policía que, tras salir de un coma (después de ser herido en acto de servicio), se encuentra con un panorama bastante peculiar...
-¿Qué se siente rodando una serie en la que todos los días son Halloween?
-Es tremendo y, aunque no lo crea, muy divertido. No hemos ganado para sustos. Es evidente que se trata de una serie especial y esa fue una de las razones por las que me decidí a hacerla. No quería más de lo mismo.
-¿Qué cree que ha visto la audiencia norteamericana para convertir esta serie en una de sus favoritas?
-Primero, trata de unos personajes, aunque desagradables de ver, que caen muy bien a la gente y, segundo, porque está basado en un cómic con el mismo título que la serie, de gran éxito entre los jóvenes de todo el mundo.
-¿Cómo convencería para que vieran esta serie a aquellos que no les gusta este tipo de historias?
-Lo más importante de todo es que es más que una serie de zombis o de terror. Le pediría que la vean y se dejen sorprender como me sucedió a mí. Es una serie sobre seres humanos que viven una experiencia de vida al límite. En "The walking dead" se habla (los zombis están de fondo) de sentimientos, de solidaridad...
-¿Qué es lo más difícil que ha tenido que hacer en los seis episodios de esta primera temporada?
-Todo ha sido complicado, pero estoy agradecido por ello. ¿El motivo? Rick, mi personaje, me permite que cada día de rodaje sea para mi todo un desafío como actor y me ayuda a mantener intacta la intensidad de las emociones. En la vida real soy una persona pacífica y en mi profesión no me gustan las historias llenas de violencia sin sentido, aquí todo tiene su justificación.




