España deberá aportar 83.327 millones de euros al fondo de rescate permanente para los países de la UE con problemas de deuda, que empezará a funcionar en junio de 2013. De esta cantidad, 9.523 millones de euros serán capital desembolsado, y el resto —73.804 millones— en garantías y capital movilizable. Pese a los artificios contables —al considerarse una aportación a una institución financiera internacional no contabilizará como deuda—, lo cierto es que Alemania se ha impuesto y obligado a España a rascarse el bolsillo. La canciller federal, Ángela Merkel, lo tiene claro: quien no cumple paga.


