Caixaforum e Ikea

Cuando los políticos aparecen en todas las encuestas del CIS como el tercer problema de los españoles, inmediatamente por detrás del paro y la grave situación económica, es por algo. La corrupción urbanística en la que han estado implicados de una u otra manera tantos cargos públicos, especialmente municipales y autonómicos, y el despilfarro exagerado de todas las administraciones con chóferes, coches oficiales, asesores sin cuento (Carod-Rovira contrató a 57 para él solito), tarjetas visa sin limite, etcétera, a costa del contribuyente, son dos de las razones principales que hay detrás de esa nueva percepción que se ha arraigado entre muchos de nosotros de que esta forma insolidaria y poco ética de hacer política es un lastre insostenible para España; pero tal vez por encima de ellas, de la corrupción y del derroche generalizado, se está abriendo paso con fuerza, a medida que se va prolongando la crisis, una tercera razón, aún más dañina y peligrosa, que nos distancia de nuestros políticos: su incompetencia y su falta de visión para sacarnos de la crisis. Y ya muchos piensan, pensamos, que sin ellos saldríamos antes de ella. Lo dicen "sotto voce" desde hace mucho tiempo muchos empresarios y emprendedores andaluces cuyos proyectos han tropezado, como Nadal con Djokovic, con innumerables trabas administrativas o los celos de administraciones de distinto signo que les han hecho desistir o marcharse a otro sitio. Aunque últimamente algunos ya lo denuncian en voz alta. El último caso en Sevilla es el de Ikea, que quiere abrir otra tienda en la ciudad que crearía más de 400 puestos de trabajo directos y unos 2.000 empleos indirectos en una ciudad con cerca del 30 por ciento de desocupados, pero no le dejan. Con el futuro Caixaforum, que no creará tantos empleos directos pero sí mucha riqueza indirecta y prestigio cultural, también están poniendo palos en las ruedas desde hace tiempo con nuevos planes y papeleos que no hacen falta en otras ciudades. Sería de agradecer que ya que no ayudan, al menos no estorben.