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La Fórmula 1 acaba como empezó en 2011. Llegó Brasil y decretó la continuidad de la abundancia. También lo hizo Vettel en el viejo Interlagos de las favelas circundantes y los pistoleros adolescentes que acechan a la salida del entrañable circuito de Sao Paulo. Otra pole del campeón del mundo en una secuencia que solo el calendario consigue detener. La decimoquinta del curso sobre diecinueve posibles. Adiós al récord de Nigel Mansell (14 poles en una sola campaña) y pronóstico unidireccional para mañana. Los dos Red Bull salen en primera línea y Fernando Alonso, quinto, su terraza de 2011. [Así hemos contado la clasificación]
Red Bull ha conquistado todas las poles de la temporada menos una. El destello de Lewis Hamilton en Corea del Sur, subiéndose por las paredes y exprimiendo como nunca el motor Mercedes de su McLaren. [Fotogalería: las mejores imágenes de la clasificación]
En realidad Vettel no compite contra los demás los sábados de Fórmula 1. Lo hace contra las estadísticas, los registros que perduran como topes en las magníficos webs que rodean el mundo de la F-1. Este deporte es capaz de vender su producto como nadie. Siempre se busca un buen motivo para debatir, polemizar o enredar.
Vettel ha capturado una pole de cada dos cada vez que ha saltado a la pista un sábado conduciendo un Red Bull durante los tres últimos años: 29 de 55 con el monoplaza energético. Números abrumadores que contienen la esencia de un especialista fabuloso. En 81 grandes premios salió 30 veces el primero. Una de sus poles fue con el Toro Rosso.
Ya en calma, con su título mundial y su pole en Interlagos, a Vettel le sobrevino un arrebato de lucidez en la oratoria. Cuando el interlocutor oficial de la FIA le preguntó por el secreto de su contumaz éxito en las clasificaciones, el alemán se soltó la lengua y pareció inteligente: «No hay secretos. El pasado miércoles tuvimos una cena muy agradable con los mecánicos y ellos hablaban del doble fondo, de la varita mágica... Todos nos reíamos. No es tan fácil encajar todo en una sola vuelta. No siempre estás contento, pero casi siempre este año he sido capaz de sacar lo mejor de mí y del coche. No hay secretos como tales. Cuando entramos en clasificación, todo debe estar a punto. Me encanta ese momento de máxima tensión de enfrentamiento con los demás coches y pilotos. Me siento emocionado, nervioso, con la adrenalina a tope. Es la vuelta. Y es un subidón».
No hubo impedimento para él en el corto trazado brasileño (siempre propenso al tráfico denso) ni la amenaza de lluvia que alteró de alguna forma la clasificación y la configuración de los coches para mañana. Rosberg hizo el amago de dar la sorpresa con un gran tiempo en la Q2 y luego en la Q3, pero ahí se quedó, sexto detrás de Alonso. El español volvió a su ubicación de costumbre. Es la novena vez que este año acaba quinto.
Jaime Alguersuari saldrá decimotercero en el pulso estresante que mantiene con sus mentores. Toro Rosso ni confirma ni desmiente y ejerce presión. Dice herr Marko que uno de los dos pilotos, Buemi o el español, no seguirá en el equipo. Alguersuari ha enseñado sus galones y también el suizo. Y como nada es lo que parece en la F-1, tal vez los dos sean los principales candidatos a seguir en el sitio.