ASOCIACIÓN SAN RAFAEL DE ALZHEIMER

«Hay que amar los desafíos y motivar al equipo y los usuarios»

Una asociación referente a nivel regional que tiene entre sus proyectos mejorar las condiciones de sus trabajadores y seguir ampliando servicios

Hace más de dos décadas que la Asociación San Rafael de Alzheimer empezó a funcionar. Su objetivo es prestar asesoramiento y servicios a los enfermos de alzheimer y otras demencias y a sus familiares. Lo consigue a través de sus diferentes recursos pero el reto es cada vez mayor: unos 15.000 casos de alzheimer en la provincia, de los que la entidad no atiende ni al uno por ciento. Rafael Luque, su presidente, tiene un plan muy claro para seguir avanzando en esta labor.

—¿Cuáles son los retos que se plantea como presidente?

—Lo primero incrementar los recursos propios de la asociación. No se puede depender exclusivamente de las administraciones, así que me he propuesto un incremento de socios para al año que viene. Y por otra parte he asumido un compromiso personal con los trabajadores para que se incorpore a su convenio colectivo medidas que permitan la conciliación familiar y mejoren sus horarios. Es un tema complicado porque aquí se necesita atención las 24 horas pero estamos trabajando en ello.

—¿Qué necesidades ve en las familias que acuden al centro?

—Muchas piden ayuda para solicitar el reconocimiento de la situación de dependencia y otras, muchas más, necesitan recursos económicos para poder atender bien a los enfermos. Los procesos para conceder las ayudas se dilatan y nos cuentan la dificultad que les supone poder pagar una plaza en una residencia como esta, que no es concertada.

El presidente, en un espacio cubierto del patio destinado a talleres

—¿Cuáles son los servicios que les ofrecen?

—Para las personas que aún no se encuentran en fase avanzada de la enfermedad, tenemos la Unidad de Estancia Diurna con talleres, terapias y la residencia, de estancia continua. Los dos centros atendidos por profesionales de todas las áreas. Y ahora acabamos de abrir un centro de valoración e intervención terapéutica, donde acuden las personas en los primeros momentos de la enfermedad. Se les ayuda a reducir el avance de la demencia.

—Hace sólo unos meses que aceptó el cargo de presidente ¿Cómo es liderar una asociación referente a nivel regional?

—Para mí, que vengo del mundo financiero, entrar en el mundo asociativo me sigue resultando difícil porque es muy complejo. Desde mi Junta Directiva tenemos una mentalidad de crecimiento. Hay que amar los desafíos y las incertidumbres centradas en el progreso. La motivación es muy importante, no sólo a nivel de Junta Directiva, sino del equipo y los usuarios. Pensar que se puede aprender y saber cómo hacerlo, desarrollar proyectos... todo eso es importante.

—¿Cuenta la asociación con suficientes recursos para poner en marcha ese progreso?

—Nos sentimos apoyados pero ojalá hubiese más. La ayuda nunca es suficiente. Me encantaría que concertaran la residencia y que muchas empresas se unieran a este proyecto y convertirlo algún día en Fundación para proteger nuestro patrimonio y al propio usuario. También para poder llegar a otras ayudas y en definitiva extender la sensibilización con el Alzheimer.

—¿Cómo trabajan por eso cada día?

—No dejamos de organizar cenas, desfiles, actividades formativas, debates...Ahora queremos hacer en los talleres artículos para vender... Aquí todo tiene cabida. Me propongo mantener una asociación viva y decirle a todos que tienen las puertas abiertas

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