María y Manolo: una petición de mano en televisión y una lección de que el amor no tiene cromosomas

La pareja de cordobeses sella su amor en un programa de televisión, en el que se han sincerado sobre su relación, demostrando con esto sus plenas capacidades de madurez e independencia

María y Manolo se apuntaron al crucero de un programa de televisión para pasarlo en grande. Lo que ninguno sabía es que con su naturalidad y romanticismo iban a dar una lección de que el amor no tiene cromosomas. Tienen Síndrome de Down pero esto no les impide tener una relación y avanzar en su independencia.

Los dos son de Córdoba y aunque se conocían desde hacía mucho tiempo, no tuvieron su primera cita romántica hasta junio del año pasado. Y fue precisamente en el mismo programa, First Dates, cuando ya emocionaron a todo el equipo y a los espectadores de Cuatro. Ahí María ya confesó que quería "1000 citas más" con Manolo.

En el programa de ayer se embarcaban en su primer viaje romántico, ilusionados con la idea de disfrutar de un barco navegando por el Mediterráneo. Entre besos y caricias en las camas balinesas y una cena de gala, María y Manolo se dedicaron auténticas declaraciones de amor: "El amor es muy grande, el amor verdadero", decía María, que le preguntaba a Manolo qué sentía por ella: "que te quiero", le confesaba él.

"Manolo y yo tenemos una discapacidad. Cada uno es como es y cada uno se expresa como se tiene que expresar y eso es lo que mola", explicaba María, de 24 años. "Para mí es una alegría estar a su lado. Ha mejorado muchísimo y es capaz de hacer mil cosas", comentaba la joven.

Para ella, su pareja ya había cambiado su vida pero lo que no sospechaba es que Manolo le tenía una sorpresa preparada. Fue durante una cena en cubierta cuando, Manolo se levantó de la silla y arrodillado ante ella le sacó un anillo "en señal de mi amor hacia ti", expresó.

Los dos se emocionaron y él le expresó su deseo de vivir juntos. "Mi vida la tengo clara, vivirla con él porque mi vida es la suya y la suya es la mía", dijo ella tras la sorpresa, que aseguró que nunca iba a olvidar. Tampoco lo olvidará el equipo del programa que se emocionó con la pareja.

Las redes sociales y en concreto Twitter comentaban la "lección de vida" que estaba mostrando la pareja, por su espontaneidad y sinceridad. Ambos son un ejemplo de que los únicos límites que tienen las personas con Síndrome de Down son los que le pone la sociedad y representan la conquista de la independencia y autonomía que persiguen, con su inclusión en todos los ámbitos de la vida.

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