Dos claves para la rutina facial durante el embarazo

Las claves son la limpieza y la hidratación. Pero también debes asegurarte de que los componentes de los productos que tienes no son perjudiciales y proteger tu piel

El embarazo es una de las etapas más felices en la vida de la mujer. A los nervios y las inseguridades, que también aparecen, acompaña una gran fortaleza por el hecho de dar vida a un ser y, sobre todo, la felicidad ante la llegada de esa nueva personita a nuestra familia. Pero al mismo tiempo es un camino lleno de miedos y dudas, la principal es qué puedo y no puedo comer, qué deporte o actividad puede tener algún riesgo o qué medicamentos son dañinos para mi bebé.

Lo mismo ocurre, aunque no en tanta medida, con la cosmética. Y es que efectivamente no todos los activos son recomendables durante la gestación –aquí puedes ver la lista de los cosméticos prohibidos durante el embarazo-, aunque yo soy de las que defiende que no hay que obsesionarse en exceso, con un poco de precaución basta.

Cuando estamos embarazadas muchas cosas cambian en nuestro cuerpo para bien. El cabello está mucho más brillante y bonito, la piel por su parte más radiante, hidratada y luminosa. Esto es derivado de nuestro «loco» sistema hormonal en estas semanas, que también nos da algún que otro quebradero de cabeza (a modo de náuseas o visitas frecuentes al baño), pero también nos hace vernos aún más femeninas. No obstante, esto no quiere decir que tengamos que abandonarnos a nuestra suerte, hay que seguir siendo fieles a nuestras rutinas de mañana y noche. Las claves son: limpieza, hidratación y  protección.

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Cuidar la piel durante el embarazo

Como os digo, yo intento tomarme el embarazo con la preocupación justa y necesaria. Intento aprender y detectar pronto lo que puede ser perjudicial para mi bebé y/o para mí, claro, y desde ahí intento tomármelo todo con la mayor naturalidad. Mi rutina facial antes se componía de 5 pasos: doble limpieza, sérum con tratamiento, hidratante y contorno de ojos; ahora hago dos, las que antes mencioné, además de la protección.

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Y no me he vuelto loca buscando en tiendas qué puedo usar o no, -bastante tenemos ya con tanta cita médica y tantos preparativos-, tan solo me he informado de si los productos que utilizaba hasta ahora me valían, y en mi caso, ¡ha habido suerte! Como tengo menos pasos «beauty» empleo mi tiempo, por ejemplo, en desayunar mejor y de forma más tranquila. Siempre hay que buscar el punto bueno a todo, además en este caso es infinitamente más beneficioso.

¿Cómo me limpio tanto por la mañana como por la noche? En este caso doy menos importancia al producto en sí, uso un jabón suave pero, lo importante, es que hago más efectiva la limpieza usando un dispositivo de limpieza facial. En mi caso uso el Luna Mini 2 de la firma Foreo, pero hay otras tantas opciones en el mercado. La firma la conocí durante el #CosmetikTrip10 y, a mí, me parece mucho más cómodo y manejable (y de colores chulísimos). Está hecho con silicona y se adapta a cualquier tipo de piel (y momento, entre ellos el embarazo). Limpia el 99,5% de la suciedad y puedes elegir intensidad de la limpieza, hasta ocho; con la piel tan sensible esto es sumamente importante.

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Tras limpiar paso directamente a la hidratación. En el embarazo se recomiendan productos naturales u orgánicos, en mi caso la crema que estaba usando hasta saber que estaba embarazada es la de línea Premier Cru de Caudalie, y es la con la que estoy. Esta firma me encanta porque su cosmética es natural, en este caso la glicerina es de origen vegetal, no tiene parabenos, ni aceites minerales ni ingredientes de origen animal, entre otras tantas bondades.

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Esto es genial para cualquier mujer en cualquier etapa pero ésta que es un poco más especial es fabulosa. Se puede encontrar en farmacias fácilmente (podéis preguntar al farmacéutico qué os recomienda, en mi caso he de decir que tengo una piel normal, sin extremas necesidades) y el bote cunde bastante (ambos datos son importantes). Mi experiencia es que es una crema reconfortante, que nutre mucho, alisa los signos de expresión y redefine el contorno del rostro, además me da la sensación de que unifica bastante mi tono de piel; este último punto es uno de los que más me preocupan.

Por último, es importante que en la rutina incluyamos protección para evitar la aparición de los famosos paños (melasmas); si ya están ahí lo mejor es tratarlos después del nacimiento del bebé pero aún así hay que seguir protegiendo para que no vayan a más. Hay muchas cremas hidratates que incluyen la protección, en mi caso no, pero lo que hago es que uso una CC Cream con un alto FPS, ¡y listo!

Fotos: Bretodó

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