
Muchas mujeres de determinada edad se enfrentan al problema de las cejas despobladas, ¿cómo solucionarlo de forma efectiva?
Las cejas son si duda una de las partes del rostro que más nos identifican. Por su forma y tipo también pasan las modas. Si hace años debían ser finas y curvas, ahora mandan las cejas gruesas, pobladas y de forma muy natural. Las cejas tienen la capacidad de ayudarnos a rejuvenecer el aspecto de nuestro rostro, pero también pueden arruinarlo y conseguir el efecto contrario.
El problema es que muchas mujeres maduras tienen una falta de densidad en las cejas que las obliga a utilizar diversos tratamientos u opciones de maquillaje para sustituir esa falta de pelo. Haber abusado de la depilación durante años y también consecuencias del paso del tiempo hace que se pierda esa ceja de juventud. Para eso se puede apostar por el microblading, la laminación, el tinte de cejas y el maquillaje de cejas.
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Esto no significa que lo más favorecedor sea dejar nuestras cejas al natural, sin ningún tipo de mantenimiento. De hecho, no hay nada más perturbador que unas cejas desaliñadas o sin forma. Pero sí que, aun retocando la forma para eliminar los pelillos rebeldes, conviene no alterar el grosor y la forma natural.
Nuestro consejo es ponerse siempre en manos de profesionales del diseño de cejas y únicamente encargarnos del mantenimiento entre sesiones, controlando esos pelillos rebeldes que van apareciendo en torno a las cejas. Todo ello, teniendo en cuenta estas premisas para conseguir un acabado rejuvenecedor.
Trucos de cejas para rejuvenecer el rostro
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1. Una forma natural: por un lado, las cejas redondeadas suponen un diseño totalmente anticuado que tiende a proporcionar un aspecto poco natural además de sumar años a nuestro rostro (especialmente si son muy delgadas).
Tampoco conviene dejar una ceja demasiado arqueada, sobre todo si para ello hay que alterar la forma natural de la misma. Es un error muy común observar diseños de cejas demasiado levantados, con arcos muy marcados que lo único que consiguen es dejar un aspecto antinatural en el rostro. La razón es que este tipo de diseño de cejas tiende a endurecer las facciones y sumar años a la cara. Así que nada de cejas puntiagudas.
En su lugar, lo más favorecedor es tratar de respetar la forma natural de las cejas, tendiendo a las formas más planas y relajadas que no generen un gran contraste con los signos de la edad que van a apareciendo en torno a los ojos (párpados caídos, mirada lánguida, etc.)
2. Grosor natural: una ceja gruesa potencia la expresión de la mirada y la rejuvenece automáticamente. El problema de supeditar el grosor de las cejas a las modas es que la depilación continuada hace que el vello deje de crecer en las zonas en las que se elimina. Esto implica que, si las depilamos muy finas durante años, podemos acabar perdiendo el grosor original de manera irreversible.
Por eso es recomendable respetar siempre el grosor natural de la ceja. Así, en el futuro, la pérdida de densidad del cabello y la depilación no darán lugar a calvas que hagan ver nuestras cejas poco pobladas o desnudas.
3. Tener en cuenta el tono de la piel y el cabello: si las teñimos o maquillamos, cuidado con elegir tonos demasiado oscuros, ya que tenderán a endurecer los rasgos, sumando años a nuestro aspecto. Como norma general, las cejas han de ser siempre unos tonos más claras que el cabello natural. Por eso los lápices y sombras de cejas marrones son más frecuentes.
4. No deshacerse de las canas: si detectamos la presencia de alguna cana, lo ideal es no tocarla y disimularla con maquillaje. Al fin y al cabo, es un vello más que contribuirá a aportar densidad. Pero si ya abundan en nuestras cejas podemos recurrir a un tintado específico (profesional o casero) para restar edad a la mirada.
5. Nada de cera: junto a la crema depilatoria, es el método que permite una depilación menos precisa e imposibilita un correcto diseño de cejas. Además, la tracción agresiva que produce la cera al ser arrancada no resulta nada recomendable para ojos maduros, ya que solo favorece la caída de los párpados, un problema que se acentúa con el paso de los años y que conviene no agravar.
En su lugar, recomendamos la técnica de depilación pelo a pelo, ya sea con pinza o con hilo, porque nos permite ganar precisión y definir correctamente la ceja, para un resultado más favorecedor y un efecto rejuvenecedor.
Cejas rejuvenecedoras con maquillaje

Si el problema es que ya hemos perdido densidad y la depilación no puede ayudarnos a dar la forma deseada a las cejas, hemos de recurrir al maquillaje. Lo primero es definir la forma que probablemente se haya desdibujado como resultado de la pérdida de vello. Para ello, nos basaremos en tres parámetros que mediremos con un lápiz o el mango de un pincel.
– El inicio de la ceja: haciendo coincidir el lápiz con la aleta de la nariz en una línea vertical.
– El punto más alto: uniendo con el lápiz en una diagonal la aleta de la nariz, el iris y la ceja.
– El final de la ceja: uniendo con el lápiz en una diagonal la aleta de la nariz, el lagrimal externo del ojo y la ceja.

A partir de estas tres medidas, es importante eliminar pelillos superfluos en caso de que los haya y completar la forma con ayuda de productos de maquillaje de cejas como los lápices o las sombras. A la hora de elegir el tono adecuado es necesario tener en cuenta lo dicho anteriormente: el color más natural suele ser aquel uno o dos tonos más claro que el cabello natural. Aunque siempre dependerá de si llevamos una coloración de cabello que contrasta mucho.
A la hora de rellenar la ceja es imprescindible no saturarla de producto y tratar de imitar un acabado natural con pequeños trazos. Una vez maquillada la ceja podemos difuminar para aumentar la sensación de densidad, tratando de definir siempre bien los contornos. Para ello podemos repasarlos con un poco de corrector que nos ayude a eliminar errores o trazos incorrectos.
Por último, podemos fijar el acabado para mantener bajo control los vellos naturales con alguna máscara o cera específica y aplicar un punto de iluminador bajo el extremo final de la ceja para abrir y refrescar la mirada.
Aparte del maquillaje, podemos recurrir a soluciones más duraderas como el «microblading» o pigmentación semipermanente de cejas. Es una técnica de diseño y pigmentación ideal para cejas despobladas y faltas de definición, ya que permite tanto rellenar como dar forma. Se realiza pelo a pelo, con anestesia tópica para minimizar las molestias y aplicando el pigmento en el tono deseado mediante incisiones superficiales.