Cinco recetas sanas para mantener la dieta fuera de casa

Se puede seguir comiendo sano en la playa, en la oficina y en cualquier parte este verano si apostamos por los vegetales

Cuando el verano llega, el sevillano no piensa otra cosa que huir del calor, ya sea amparándose en esos grados de menos de la playa o en los chapuzones de la piscina. Y, para recurrir a un día de excursión, junto con la toalla, la crema solar o la sombrilla, toca pensar qué echar en la nevera. Las altas temperaturas sugieren alimentos frescos, menos consistentes. Pero lo cierto es que siempre se acaba por tirar de la ensalada de pasta, los filetes empanados, la bolsa de patatas fritas y los refrescos ¿Podemos pasar un día de verano fuera de casa sin perder la línea?

Javier García, dietista nutricionista y tecnólogo de los alimentos, da a Gurmé algunas pautas para llevar el verano con una buena alimentación, tanto para las excursiones como para el día a día en la oficina. Javier dirige el departamento de nutrición de la Escuela Superior de Hostelería de Sevilla y es profesor en el área de nutrición deportiva en la Universidad Pablo de Olavide. Asimismo, su rostro es conocido por gran parte de la población andaluza por su labor como asesor en el programa La Báscula de Canal Sur.

Dieta equilibrada fuera de casa

«No solo es posible conseguir una dieta equilibrada fuera de casa», indica Javier, «te digo que se tiene que conseguir porque hay muchas personas que comen cada día en su lugar de trabajo». Para ello hay que buscar una alimentación lo más ligera posible, ya que las altas temperaturas hacen la digestión más pesada, «y al ser la época de la fruta de hueso y la hortaliza de colores podemos buscar más vitaminas y más hidratación». Sí. El alimento rey de los platos del verano es el vegetal. Todo lo que lleve vegetales es una buena idea: ensaladas frescas, picadillos, salmorejos, gazpachos… Pero Javier hace hincapié en dos errores muy comunes a la hora de preparar esos tupper para llevar de excursión.

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«Una ensalada de pasta no debe llevar pasta y medio tomate cherry». El nutricionista bromea pero se lo toma en serio. Hay que controlar la cantidad de hidratos porque «no somos maratonianos, seguro que en la playa voy a desplegar la toalla, colocar la sombrilla y poco más». La ensalada de pasta en sí no es mala idea, pero donde abunde la verdura y no los macarrones cocidos. Lo mismo ocurre con un aliño de patatas, es interesante que lleve en su mayoría verdura y un poco de patata cocida. «La cantidad de pan, pasta o arroz con que acompaño mi comida es lo que tengo que controlar», incide Javier.

«Me da igual lo que se lleve a la playa mientras sean alimentos» ¿Acaso se puede llevar para comer algo que no sean alimentos? Pues sí, podemos llevar lo que Javier llama sencillamente productos, porque no alimentan. Habla de los refrescos, snacks, pasteles, dulces o gominolas. «Veo en las playas que la gente se obsesiona por lo que come pero no con el hecho de tomarse media bolsa de patatas fritas con dos refrescos», explica

Para saciar el hambre a media mañana o media tarde, y no prescindir de la clásica tapita ni en la oficina sí hay opciones. Javier propone algunas. Sandwich con una rodaja de tomate y atún, con jamón y queso, o con tomate y caña de lomo, también fruta picada o frutos secos.

Javier recomienda cinco recetas que cumplen con estas pautas y que se pueden trasportar sin problemas: gazpacho, picadillo de tomate, ensalada de tomate, lechuga, cebolla y aceitunas negras, aliño de papas con aceite, perejil, cebollita morada y melva canutera y manojito de boquerones vitorinos fritos en aceite de oliva.

Cinco opciones tan apetitosas como saludables que se pueden ir combinando como se prefiera. Para un día gazpacho, con el picadillo y la ensalada, y, para otro, el aliño de patatas con boquerones y el gazpacho, por ejemplo. Aún así, para no renunciar a los filetes de patatas o esa tortilla de patatas con mayonesa que tanto recuerda al campo o la playa, Javier recomienda comenzar con un primer plato vegetal, en forma líquida o forma sólida, «porque me van a saciar y voy a dejar de comer esos productos que me engordan más», y luego, podemos pasar a algún alimento de naturaleza proteica, donde ya entran la tortilla, el pescado o los filetes empanados. Esos que no queremos repetir en cada salida pero que acaban cayendo.

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