Entrevista a la diseñadora que en septiembre presenta su nueva marca, Victoria, para novias e invitadas de todos los estilos
Vicky Martín Berrocal está en uno de los momentos profesionales más interesantes de su carrera. Y no solo en su faceta como diseñadora de moda, con la que está a punto de presentar oficialmente su segunda marca, Victoria, con la que quiere vender moda nupcial y de fiesta por toda Europa. También en la música, gracias a su participación cada sábado en el programa «Levántate All Stars» de Telecinco, cantando junto a María Toledo.
«He bajado del AVE y la gente me paraba para decirme que les emociona el sentimiento con el que canto y yo me quedo muerta, porque me parece que no me lo dicen a mí. Yo estoy acostumbrada desde hace 12 años a que me digan que quieren vestir un traje diseñado por mí, pero de repente esto es muy raro», explica. Para conocer todos los detalles sobre su nuevo proyecto internacional en el mundo de la moda femenina y, de paso, que nos hable de sus quejíos, entrevistamos a Vicky, aunque sus amigos, según nos dice, la llaman Victoria desde hace algunos años.
¿Quién es Victoria?
Desde hace unos años mis amigos me llaman así. Boris Izaguirre fue el que lo empezó diciéndome que cómo una mujer como yo se iba a llamar Vicky. Rápidamente entendí que tenía que ponerle Victoria a mi nuevo proyecto, es rotundo, es un cambio. Cerrar una parte y dejar la flamenca prácticamente para Vicky Martín Berrocal y tener la otra parte en Victoria. He pasado de Vicky a, ya con una edad, ser Victoria.
¿Cómo surgió la idea de crear una nueva marca de moda y con vocación internacional?
Hace un año, cuando termino el desfile de los 10 años de moda flamenca, me planteo que cuando me enfrento a una hoja en blanco me sale otro tipo de mujer. Esa inspiración sur sigue saliendo, pero después hay otras cosas que no corresponden a eso. De hecho, ya en esa colección de flamenca había piezas diferentes. Yo siempre he dicho que no necesito un volante para sentirme flamenca y aquí veo, más que nunca, que quiero vestir a otro tipo de mujer y así llegar a todas. Se lo comenté a un amigo y él creyó que no debía quedarme ahí. A mí ya me salían novias de todo tipo, desde un kaftán a una novia clásica o princesa… Entonces me dijo que lo hiciera, a mí me pareció demasiado proyecto para mí sola y me asocié. Hemos arrancado este proyecto juntos del que además soy la directora creativa.
La primera tienda de Victoria se abrirá en septiembre en el centro de Sevilla
¿Cuál es la filosofía de la moda de Victoria?
Se llama como yo, pero queríamos darle ese otro concepto. Vicky Martín Berrocal es muy sur, alta costura y a medida y Victoria es mucho más comercial. Cuando hice la colección cápsula de Violeta para Mango me di cuenta de lo mucho que funcionó y hoy por hoy, tal como está el panorama, hay que acoplarse a los tiempos y el seguir con piezas exclusivas está bien, tiene un público, pero la mayoría prefiere gastar 200 a 2000 euros, tengas o no tengas. Ese es el nuevo concepto, Victoria se fabrica en España, en los mismos talleres y con el mismo equipo con el que llevo trabajando todos estos años y para mí eso era muy importante. En novia, fiesta y madrina tenemos a muchos pesos pesados en España, pero muchos fabrican en China y a mí eso me rechina, no me gusta. Quiero un producto comercial en precio, pero que lo veas y lo toques y siente bien.
Los precios de los vestidos de fiesta de Victoria empiezan en 150 euros y los de novia, en 900
¿Permanece ese «sur» del que hablas también en Victoria?
Una diseña como es y al final Victroria sigue siendo una novia o invitada elegante y sensual. Cambia en lo que son las formas, prácticamente, pero el concepto de mi marca, la mujer a la que he querido llegar es esa mujer, pero ahora más universal. Cuando me planto a diseñar siempre busco a esa mujer y lo que ha cambiado es que ahora consigo llegar a más estilos. Mi primera colección para Victoria es de 30 novias y no creo que haya una mujer que entre y piense que no hay alguno que sea para ella. Son 30 piezas totalmente diferentes entre sí y cuatro de ellas están inspiradas en lo que soy y he sido hasta ahora, pero lo demás es para todos los gustos.
¿Cuándo y dónde podremos comprar diseños de Victoria?
En septiembre presentaremos la marca, me gustaría hacer algo pequeñito y delicado para presentarla a la prensa. La primera tienda será en Sevilla, en el centro, porque soy de aquí y porque desde aquí parte todo. Se va a empezar a dar franquicias y es un proyecto mucho más potente y no tan mío como Vicky Martín Berrocal. La aceptación a nivel multimarca ha sido increíble, por precios y por estilo, porque muchas tiendas antes de Madrid hacia arriba no podían tocar mi marca. Ahora de partida, además de en España, venderemos en unos 1.000 puntos de Portugal, Italia, Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo.
¿Te veremos desfilar de nuevo en Sevilla?
Con Victoria mi idea es hacerlo el año que viene en la Barcelona Bridal Week. Si queremos vender fuera tenemos que estar en otro sitio. Y a Simof volveré cuando tenga algo novedoso entre manos. Este año me preguntaban que por qué no lo había hecho y he respondido que porque no tenía nada que contar. En estos doce años, arrancando desde la moda flamenca he llegado a novia, fiesta, madrina, papelería, ropa del hogar… Volví a la flamenca cuando me di cuenta de que tenía algo nuevo que contar y fue mágico. Lancé el lunar más grande que se ha hecho en flamenca, flecajes y flores en oro, tejidos y formas de trajes que no se habían hecho nunca… Vomité tanto y conté tanto de ese silencio de tres años que ahora estoy vacía y no sabría contar una historia nueva. Desfilar por desfilar, no.
Me voy a centrar en Victoria, estoy ilusionada como con un amor
¿En qué precios se mueven los vestidos de novia y de fiesta de tu nueva marca?
Las novias van desde los 900 hasta los 1800 euros. Y hablo de novia, novia, de las de «apaga y vámonos». Una novia con mayúsculas. Y la colección de fiesta va desde 190 a 400 euros. Seríamos una tercera opción a las marcas potentes que ya conocemos de este país.
¿Sientes que has crecido, evolucionado, con este proyecto?
Sí y porque me lo pedía el cuerpo. Ya cuando trabajaba en la colección de flamenca «Volver» el año pasado cuando me iba a los corchos de todas mis colecciones anteriores, me asombraba por lo que me estaba saliendo, no se parecía en nada a lo que había hecho. Después de tres años sin desfilar en Simof, cuando volví noté esa evolución tanto en mi vida como en mi trabajo. Te gustan otras cosas, ya no soy la de los 30 años.
¿Qué diseñadores de moda son un referente para ti?
En moda flamenca han sido El Salao, el más grande, junto con Lina y Pepe Jiménez, que me vistió toda mi vida. Tampoco han sido una inspiración porque lo que yo he llegado a hacer no se parece en nada a lo de ellos. Mi flamenca era para el mundo, era moda moda y era lo que yo quería: innovar en la flamenca sin perder la esencia. En cuanto a moda de alta costura, Valentino es un referente para mi, es la elegancia, el menos es más. Giambattista Valli y Dolce me apasiona por esa mujer italiana que yo defiendo… Galliano ha sido un genio, también McQueen. Realmente de cada uno ves cosas y te impresionan, pero yo siempre acabo haciendo lo que me da la gana y no me rijo por modas ni colores que se lleven. Me guío por lo que me sale, por mi intuición, lo que me gusta y siento en ese momento.
¿Qué supone para tu primera marca, Vicky Martín Berrocal, la llegada de Victoria?
Quedará para para la flamenca, para esa prenda más exclusiva, para la novia que quiere algo más especial… Pero yo me voy a centrar en Victoria porque me apetece mucho, he vuelto a ilusionarme como con el amor.Tengo ganas de que la gente lo vea y que opine.
También ahora te ocupa tiempo tu participación en el programa «Levántate All Stars»
Estoy como las locas. Seguir y crecer y soñar siempre es bueno, al fin y al cabo, es un lujo y no me quejo porque soy una privilegiada y la vida me ha tratado muy bien. No me quejo, pero vivo con una maleta, que voy los miércoles y canto o como digo yo, «pego dos gritos», pero lo mío es lo mío (refiriéndose al diseño de moda). Esto es una cosa puntual que estoy haciendo porque Jesús Vázquez me lo pidió, le hacía mucha ilusión y así lo contó en la primera gala. Él es amigo, me insistió porque sabe que me gusta desde siempre y por eso se lo propuso… Ahora no se cómo, pero me convenció.
¿Y si te proponen grabar un disco?
No se puede decir de este agua no beberé, porque la vida te da sorpresas. Yo tengo claro que lo mío es la moda, a lo que me dedico desde antes de mi marca Vicky Martín Berrocal ya estaba con tiendas, con mi madre… Pero es cierto que me lo han propuesto y no es la primera vez, hace ya casi cinco años. Lo que pasa es que es muy complicado, yo soy muy responsable, pesada y perfeccionista y para hacerlo tendría que dejar o parar lo otro y es lo que me gusta. Puede que un día lo haga por mi padre, porque él me decía que grabara un disco aunque fuera solo para mí y regalarlo a mis amigos. Me gusta porque canto desde un sitio donde me duele y por eso, a lo mejor, la gente esté un poco alucinada y sorprendida conmigo.
¿Cómo te preparas para las actuaciones?
No preparo mucho, apenas ensayo. Voy a la clase un ratito y además les digo que no busco la perfección. Quiero que salga mi voz y si sale un gallo pues eso, que me dejen hacerlo como lo siento y lo prefiero a ser técnicamente perfecta. Llevar los temas a mi terreno, tirarlos hacia atrás, intento hacerlo como yo sé o como creo.
¿Impone el escenario?
Lo cierto es que me impone mucho. Nada que ver con como yo he cantando antes, en mi casa o de amigos, pero lo estoy disfrutando mucho porque era un sueño que tenía desde pequeñita y verme en ese escenario… No me lo puedo ni creer.
¿Alguna faceta artística más que hayas «escondido»?
El cante y la moda, después de eso no hay nada más. O al menos que recuerde.
