La proclamación del Estado Califal en
Al-Andalus en el año 929 supuso la adopción de un conjunto de medidas políticas,
económicas y urbanísticas destinadas a consolidar el poder del nuevo régimen. La
construcción de una nueva ciudad, Madinat al-Zahra, como residencia personal del califa y
sede de los órganos de la administración del Estado, fue, sin duda, la más ambiciosa y
la que tuvo mayor alcance y repercusión. Con esta fundación, iniciada entre los años
936 y 940, Abd al-Rahman III asumía también una práctica habitual en el mundo islámico
oriental: la construcción por parte del califa de un nuevo núcleo urbano, adecuado a su
dignidad y estatus, como parte de un programa de ostentación y representación.
La ciudad,
de forma rectangular y 112 Ha. de superficie -1.500 m. de largo por 750 m. de ancho-, fue
diseñada como un completo centro urbano emplazado al oeste de Córdoba, al pie de las
últimas estribaciones de Sierra Morena, en un lugar de gran atractivo paisajístico.
La implantación de Madinat al-Zahra en el territorio precisó de la creación de una
compleja infraestructura viaria, hidráulica y de abastecimiento de materias primas
constructivas, perceptible aún hoy en los restos de caminos, puentes, acueductos y
canteras del entorno próximo, que nos ofrecen la imagen de una ciudad claramente
autónoma, en su funcionamiento, respecto de la metrópoli cordobesa.
Los textos nos transmiten el asombro y la admiración que la
ciudad causaba entre quienes la contemplaron en su época de esplendor. Su existencia, sin
embargo, fue muy breve: a la intensa actividad constructiva desplegada durante los
reinados de Abd al-Rahman III (terminación de la Mezquita Aljama en el año 941, traslado
de la Ceca en el 947-48, impulso oficial de la edificación privada y poblamiento de la
ciudad...) y al-Hakam II, sobrevino una decadencia casi inmediata con el reinado de Hisam
II, iniciándose su destrucción, entre los años 1010 y 1013, como consecuencia de las
luchas internas que provocaron la caída del califato omeya.
Desde esa fecha, Madinat al-Zahra fue sometida a un expolio sistemático de sus
materiales, que se prolongó durante toda la edad media y moderna. Olvidada durante
siglos, sus restos pasaron a ser conocidos con el nombre de "Córdoba la Vieja".
En 1911, con las primeras excavaciones, se produjo su descubrimiento.
LA
CIUDAD
A
la entrada del Conjunto Arqueológico se encuentra una galería en la que se exponen
diversos materiales cerámicos y arquitectónicos de las excavaciones. Aquí pudimos
observar que los motivos decorativos que se emplean en el arte islámico son epigráficos,
vegetales y geométricos.
Al salir de la galería nos encontramos con el mirador, desde el cual puede percibirse con
apreciable claridad las partes de la ciudad que se han reconstruido o consolidado.
Bajo la muralla norte y bajo ésta se encuentra el camino de Ronda y los grandes patios de
las viviendas. El camino exterior a la muralla conduce hasta la puerta en recodo que
facilitaba la defensa de invasiones.
Esta puerta es la entrada a la terraza superior, donde se encuentra en la parte superior
el Alcázar o palacio fortificado en el que vivía el califa y en el sector occidental se
desarrollaba la vida privada cortesana.
En esta misma terraza encontramos la Casa del Ejército, que consta de cinco naves
adosadas unidas en su frente por una nave transversal, que se abre al patio exterior
mediante un amplio pórtico de cinco vanos de arcos de herradura con capiteles de
avisperos bajo el cimacio y basas de mármol en sus columnas, correspondientes a cada
nave.
Este salón se empleaba para
recepciones militares y frente a la gran ornamentación de otros recintos de la ciudad,
posee una sobria decoración.
Una de las estancias más emblemáticas es el salón de Abderramán III, también conocido
como Salón Rico. En él recibía las audiencias el califa. Posee planta basilical y la
fachada es un pórtico que se abre al exterior mediante cinco arcos de herradura.
Al penetrar en el salón de Abderramán III se observan los elementos constructivos:
columnas, restos de paramento original, arquerías y aparejo de los muros distinguiendo
motivos decorativos vegetales, geométricos y epigráficos.
Por último, desde la terraza intermedia se observa una clara visión de los restos de la
Mezquita de la ciudad, que está en la terraza inferior orientada hacia el este. En la
parte abierta del templo islámico, el sahn, es preciso destacar que las cornisas estaban
rematadas con merlones de diez dentellones agudos decorados con palmetas biseladas y hojas
de acanto.
DATOS DE INTERÉS
Horario
habitual: martes a sábados, de 10.00 a 14.00 h. y de 16.00 a 18,30 horas. Domingos y
festivos, de 10.00 a 14.00 horas.
Horario verano: Martes a sábados, de 10.00 a 13,30 horas y de 18.00 a 20,30 horas.
Domingos y festivos, de 10 a 13,30 h.
Cerrado los lunes y los días 1 y 6 de enero, Viernes Santo, 1 de mayo, 24 de octubre y
24, 25 y 31 de diciembre.
Enlace
de interés
Conjunto
Arqueológico de Medina Azahara |
|