Brasil no está del todo bien. Es su Mundial y está notando la presión. Pese al gran momento de forma de Neymar–mucho mejor con su selección que con el Barcelona–, el equipo de Luiz Felipe Scolari está sufriendo en cada partido y no acaba de desplegar su mejor juego. Hasta el punto de firmar su peor arranque en un Mundial desde Argentina 78.
Hay que remontarse a la cita argentina para ver a Brasil empatando sus dos primeros partidos del Mundial. Un 1-1 ante Suecia fue su inicio en un torneo en el que continuó empatando sin goles con España. No obstante, una victoria en la tercera jornada le daría el pase a la siguiente fase y Brasil acabó jugando las semifinales.
Esta vez es diferente. Al equipo de Scolari le acompañan los resultados y está prácticamente clasificada para los octavos de final, aunque elempate ante Méxicoha sembrado dudas. Más por el juego que por otra cosa, porque solo la gran actuación de Ochoa evitó que Brasil sumara seis puntos al término de la segunda jornada.
El gran problema reside en que Neymar es la única de las estrellas que parece haber llegado en un buen momento. El descanso que tuvo el brasileño en la última parte de la Liga, por su lesión, parece que le ha venido bien. Su selección confía en él y le ha dado los galones. Él los ha aceptado, se erigió como el líder ante Croacia y ante México y tiene el punto de mira en los octavos de final. Solo una hecatombe ante Camerún le apartaría de ellos.






