El rey más poderoso de Europa, una esposa despechada, una amante amada y una misteriosa casa de siete chimeneas habitada por el fantasma de una bella mujer.

Con estos ingredientes arranca «La casa de los siete pecados» (Grijalbo), la nueva obra de Mari Pau Domínguez, merecedora del I Premio CajaGranada de Novela Histórica. La escritora catalana repite en el género histórico y recrea con sutileza las pasiones prohibidas de Felipe II, «el rey más enigmático que ha dado España» y, según la autora, uno de los personajes «más literarios» de la Historia. En apenas trescientas páginas Domínguez desarma la figura de un monarca «lleno de contradicciones interiores», que se debate entre el hondo sentido del deber, la defensa de la moral católica y la lujuria, pero que acabará «dejándose llevar por las pasiones más bajas, aun sabiendo que éstas le llevarían al castigo divino».

La novela de Mari Pau Domínguez se sitúa en la corte de Felipe II, en el preciso momento en el que Anna de Austria llega a España para desposar en cuartas nupcias al monarca; un momento en el que en la todopoderosa Monarquía española empiezan a vislumbrarse las primeras sombras de decadencia. Nada más llegar, Anna descubrirá lo que «ya estaba en boca de todo Madrid»: el Rey sólo tiene ojos para su amante.

Las infidelidades se hacen carne en la conocida Casa de las Siete Chimeneas, el hogar que Felipe II mandó construir a su amante y cortesana, Elena Zapata, y que debía erigirse en el «símbolo de los siete pecados capitales». Lo primero que hizo la autora al encarar el relato histórico fue visitar aquel «edificio lleno de intrigas y algo maldito» y en el que, «según la leyenda, en las noches de luna llena, un espectro de mujer vestido de blanco aparece sobre el tejado y grita para martirizar la conciencia de Felipe II por haberla dejado y, supuestamente asesinado». El palacio, situado en la madrileña Plaza del Rey, alberga hoy la sede del Ministerio de Cultura.