El día después de que el Banco de España adjudicara Cajasur a la BBK (caja vizcaína) estuvo marcado por las fuertes críticas del PP-A a la Junta y por la petición de los populares a la entidad vasca para que sea muy sensible con los trabajadores de la entidad cordobesa (3.100).
Así, el secretario general del PP-A, Antonio Sanz, lamentó la marcha del centro de decisión de Cajasur de la comunidad «después de que el PSOE se haya llevado una semana diciendo que sería un auténtico desastre que esto ocurriera». Criticó una vez más el papel desempeñado por el presidente del Gobierno de la Junta, José Antonio Griñán, que «va de error en error y de fracaso en fracaso».
En este sentido se refirió a las intenciones manifestadas hasta ahora por Griñán en torno al sector financiero: la fusión entre Unicaja y Cajasur o la integración de Caja Granada, que «finalmente se marchó fuera de Andalucía», en un proyecto de una gran entidad andaluza. Sostuvo que ninguna de sus propuestas en este sector ha llegado a buen puerto «haciendo evidente que tenemos un gobierno sin rumbo y sin norte». «Si hubiera sido un gobierno de Aznar el que le hubiera dado una caja andaluza a una vasca, hubiera ardido Andalucía», añadió para continuar afirmando que «hoy el gobierno de Zapatero ha vendido a Andalucía y lamentablemente tenemos un presidente que hace el ridículo todos los días».
El lehendakari, satisfecho
Por su parte, el máximo responsable de los populares andaluces, Javier Arenas, lamentó ayer que Andalucía «esté perdiendo su sector financiero» en alusión a la decisión del Banco de España de adjudicar Cajasur a la BBK. El también vicepresidente general de política autonómica y local del PP afirmó que, aunque su partido siempre ha respetado la actuación del Banco de España, pide que «las decisiones financieras estén marcadas por la necesidades económicas, y no por las políticas de partido».
En materia laboral, solicitó a la BBK que sea muy sensible con los trabajadores de Cajasur y que mantenga la identidad de la caja, en la que, recordó, «los andaluces tienen un grado de confianza extraordinario». Añadió, además, que la Junta va «de fracaso en fracaso». Por ello, pidió a su presidente, José Antonio Griñán, que valore si debe seguir en el cargo, ya que «está haciendo muchísimo daño con su fracaso permanente». «Andalucía tiene un presidente autonómico que no tiene ningún peso en la política autonómica y que permite la falta de respeto permanente» del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, subrayó.
Desde las filas socialistas, el lehendakari, Patxi López, valoró ayer la compra de Cajasur por la BBK como una noticia «muy positiva» para la entidad vizcaína, porque «potencia aún más su valor» y porque hay tener en cuenta que en el mundo financiero «el tamaño sí importa». Se trata de una visión totalmente contrapuesta a la de su homólogo andaluz, también socialista, que esperaba que en la puja se impusiera alguna entidad andaluza: Unicaja o Cajasol.
Por último, el secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, mostró ayer su confianza en que la integración de Cajasur en la BBK suponga un ajuste laboral «mínimo». Mostró su esperanza en que se busque «la complementariedad en los procesos de fusión».
