Cajasur inicia desde hoy una nueva era bajo la gestión de la BBK (caja vizcaína), cuyos responsables empezarán a desembarcar ya por estos lares. Con el tema de los recortes laborales parece que enfocado, otras cuestiones serán las que centren la agenda de la entidad vizcaína: aplicar su excelente política comercial a la red de la caja cordobesa; controlar el elevado riesgo inmobiliario que sigue anidando en el seno de Cajasur y dar forma a la Obra Social (OBS).
Por partes. Según pública el rotativo vasco «El Correo», el presidente de la BBK , Mario Fernández, se dirigió a sus principales directivos poco después de que el Banco de España anunciara oficialmente que esta entidad había ganado la puja para hacerse con Cajasur diciéndoles esta frase: «Estamos ante un reto muy bonito». De acuerdo al testimonio de un asistente a la reunión, recogido por este periodico del grupo Vocento, Fernández también aseguró que «hemos comprado una buena red y gestionar redes es lo que sabemos hacer».
BBK sube sus créditos
Y dicha gestión es muy eficiente. Baste recordar que el operador financiero vasco tiene una ratio de eficiencia del 40,5%.
Eso supone que, de cada 100 euros que logra esta caja de margen bruto, 40,5 van a gastos de personal o administrativos. En Cajasur, ese porcentaje sube al 54,1%. Hay que recordar que para una entidad financiera es mejor cuanto menor sea.
Otro indicador de la buena salud de su actividad tradicional es que la BBK logró aumentar un 2,2% el pasado año la cantidad que tenía concedida en créditos a la clientela, con lo que al cierre de 2009 se situó en 21.134,7 millones. Resulta llamativo que lograra este aumento, dada la falta de liquidez y el deterioro de la actividad crediticia del sistema financiero por los estragos de la crisis económica. De hecho, en el conjunto de las cajas de ahorro españolas, durante el pasado ejercicio, el crédito a la clientela experimentó una caída del
0,9%.
En su última memoria anual, la entidad vasca destaca que ha tenido un incremento importante en la financiación a pymes y particulares debido «en gran medida a la orientación de la organización hacia los clientes —definida como eje estratégico en nuestro Plan Director— y a la amplia y competitiva gama de productos».
Otro aspecto al que deberá mirar la BBK será el riesgo inmobiliario que anida aún el seno de Cajasur, fruto del exceso de concentración que acumuló en este sector durante el «boom» del ladrillo.
La caja vizcaína ha solicitado ayudas públicas (a devolver) al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) por valor de 392 millones para cubrir una cartera prefijada de activos en Cajasur ante posibles fallidos. No se puede olvidar que para la entidad cordobesa es una losa que tuviera a la conclusión del pasado año 1.501 millones en créditos deteriorados o con algún vencimiento impagado. Además del total de su dinero prestado, 28 de cada 100 euros eran de operaciones con el sector de la construcción.
Igualmente, el ladrillo tiene un gran peso en el holding empresarial de Cajasur, que también ha «heredado» la BBK. No en vano, de las 19 firmas vinculadas a este área de actividad en las que participa, 15 tuvieron pérdidas en 2009.
Ahora bien, a favor de la caja vizcaína juega su excelente trayectoria en el control del riesgo. No se puede olvidar que es la entidad financiera de España con mejor nivel de solvencia: 21,5%. La media del sector de las cajas, por ejemplo, está en el 12,2%. Y su nivel de morosidad también es excelente, un 2,5% —el promedio de este tipo de entidades está en el 4,9%—.
En cuanto a la Obra Social, la BBK ya ha dejado claro que mantendrá «el compromiso de la OBS en Córdoba y Andalucía». Eso sí, se articulará a través de una fundación, ya que Cajasur, según los planes de la entidad vasca, dejará de ser una caja y pasará a ser un banco. La entidad vizcaína llega con la vitola de tener la tercera Obra
Social más potente de España y de prestarle especial atención.
Ésa puede ser una de las principales vías para que su aterrizaje en la sociedad provincial y regional sea totalmente plácido. Ahora bien, se tendrá que hacer cargo de una OBS como la de Cajasur, en la que la mitad es propia de la Iglesia (colegios, residencias,...), fundadora de la entidad de ahorros, con la que probablemente se siente para perfilar la nueva OBS.




