Lleva desde el año 1987 sin vacaciones de verano, debe esperar a octubre o noviembre para descansar unos días. Todo depende de la temporada taurina y de los paseíllos que tenga que hacer a lo largo del año. Y en agosto, ya se sabe, es cuando más festejos taurinos se celebran en España. Rafael Figuerola tiene un mes repleto de trabajo. —¿Cómo tiene la agenda de agosto?
—Toreamos el 7, el 14, el 15 y el 22. Aunque nunca se sabe si te pueden llamar en algún momento, para hacer una sustitución. De modo que las fechas se pueden multiplicar. La verdad es que no nos podemos quejar, porque tenemos trabajo, sobre todo este mes que es cuando más festejos se dan en los pueblos.
—Va en la cuadrilla de José Luis Moreno, pero si el matador no tiene contratada una fecha, usted puede torear con cualquier otro diestro…
—Efectivamente. Ésas son las fechas que tengo con José Luis, pero además estoy disponible para cualquier otro profesional que requiera mis servicios.
—Eso le impide irse de vacaciones…
—Claro, pero no sólo te impide irte, sino que no es posible planificar una escapada porque en cualquier momento puede salir una sustitución y siempre tienes que estar preparado para la que pueda surgir.
—¿Para cuándo deja las vacaciones?
—Generalmente esperamos a finales de octubre o principios de noviembre. Lo normal es que aprovechemos algún puente, cuando las niñas no tienen colegio, para hacer algún viaje. Aunque, en esas fechas ya no podemos ir a la playa, siempre intentamos hacer alguna «escapadilla».
—¿Su familia tampoco va de vacaciones en verano?
—La verdad es que no suelen hacerlo. Aunque el que se debe sacrificar por la profesión soy yo, ellas suelen ser solidarias y se quedan en Córdoba. Sin embargo, algún año sí que han salido a la playa y yo he aprovechado para escaparme unos días con ellas, pero no es lo habitual.
—¿Qué tal le sienta trabajar en estas fechas?
—Ya lo tengo asimilado. Llevo toda mi vida dedicándome a esto y sé que mis vacaciones llegan cuando se acaba la temporada.
— Por cierto, este verano se está notando la crisis en el mundo del toro…
—Sí, claro que sí. La noto yo y mis compañeros. La verdad es que ha descendido mucho el número de festejos, sobre todo en los pueblos. Cuando la situación económica no es buena, lo primero que se elimina es el gasto en ocio y eso nos está afectando mucho. A pesar de ello, no me puedo quejar.
—¿Los entrenamientos continúan a pesar del calor de agosto?
—Por supuesto. Nunca dejas de entrenar, porque sabes que la preparación física es una parte importantísima de tu trabajo.
—¿Cuándo entrena?
—Ahora entrenamos por la mañana, muy temprano, a eso de las ocho y hasta las doce del mediodía. De esa manera no sufrimos las horas de más calor. Luego por la tarde, a última hora, entrenamos de salón, porque en esta profesión no podemos dejar de tener contacto con las banderillas o el capote.




