El profesor Francisco Ollero Lobato analizó la evolución experimentada por la arquitectura urbana con la expansión de este género musical en Europa
Publicado Miércoles, 30-07-08 a las 08:29
El nacimiento de la ópera y su impacto en las estructuras arquitectónicas de las ciudades desde el siglo XVI hasta nuestro tiempo se impuso ayer como el contenido estrella de la jornada de los cursos. Gran parte del interés despertado se debió a la esperada presencia de uno los mayores expertos en este campo del país, el profesor del Área de Historia del Arte del Departamento de Geografía, Historia y Filosofía de la Universidad Pablo de Olavide, Francisco Ollero Lobato.
Ollero participó dentro de la cuarta edición del curso «El Teatro y las Artes en el Siglo de Oro Español» con la conferencia «Arquitectura y Ópera». En ella, analizó la evolución histórica experimentada por la arquitectura urbana como resultado de la creación y expansión del fenómeno de la ópera por las principales capitales europeas, señalando la Florencia del siglo XVI como cuna indiscutible de este arte.
«Las primeras representaciones se desarrollaban en palacios al no haber escenarios adecuados a ellas», explicó Ollero, que quiso señalar la ópera de «Orfeo», de Monteverdi, como el punto de partida para la construcción de nuevos
edificios orientados a acoger y acomodar a nobles sirvientes y clientes de las grandes familias aristócratas de la época, como los Médici. Más tarde, a lo largo del siglo XVII, pasarían, tras alcanzar la ópera un éxito sin precedentes en Venecia al convertirse en un espectáculo dirigido al público general, en anfiteatros capaces de acoger a un elevado número de personas. «Se convierte en un gran elemento de la cultura de masas del momento», declaró Ollero.
En los siglos siguientes, los teatros dirigidos a la ópera experimentaron un espectacular crecimiento debido en gran parte a la aparición de la Ilustración en el siglo XVIII, con la que se pretendió una democratización de la ópera. En el siglo XX la suerte de estos edificios varió y fueron concebidos como centros multifuncionales en los que la ópera pasó a ser «un apartado más dentro de lo musical», recalcó.
Ollero concluyó su intervención haciendo referencia a obras como el edificio de la Ópera de Sydney, ideado por Hudson, o el proyecto en construcción de la Guangzhou Opera House, en China, diseñado por la arquitecta de origen iraquí Zara Hadid, como algunas de las creaciones más representativas para albergar espectáculos de ópera de nuestro tiempo.