Cada hora, 33 madrileños perdieron su empleo en enero. Hoy se conocerá el número de los que lo hicieron en febrero, pero las cifras suben día a día, al tiempo que decrece la esperanza de encontrar salida. Algunos de los afectados han hablado con ABC

Actualizado Martes, 03-03-09 a las 09:13
Somos casi los campeones europeos del desempleo y nos acercamos a la barrera de los tres millones y medio: 3,3 millones y una tasa del 14,4%. Eso hasta hoy, porque durante esta jornada se conocerán las nuevas cifras. España batió en enero el récord y la Comunidad de Madrid no escapa a ello, con 369.256 desempleados y una subida del 6,93% (23.923 personas), medio punto por encima de la media nacional, y una tasa del 10,1%. En solo un año la población que ha perdido su empleo en la región se ha duplicado.
En la Comunidad, 797 personas al día se quedaron en la calle durante el mes de enero, o lo que es igual, 33 cada hora. Las cifras dan vértigo. Basta echar una ojeada a cualquier oficina pública de empleo para ver que día a día crece el número de los inscritos.
La situación ha llegado a un punto en el que, la prioridad, para más de la mitad de la población, es conservar su empleo. Los más afectados están siendo los menores de 25 años (con un incremento del 9,1% respecto a diciembre) y las mujeres (7,1%), al igual que los extranjeros, que acusan más esta situación que la población autóctona: un 8,4% frente a un 6,5%.
Muy preocupante es también el número de hogares con más de una persona sin empleo, o el hecho de que la situación se vaya alargando en el tiempo, sin que, por el momento, haya visos de solución. Según los datos de la Encuesta de Población Activa, correspondiente al cuarto trimestre de 2008, el número de hogares en toda España en los que todos sus miembros activos están parados aumentó en 189.100 respecto al trimestre anterior y creció en 385.500 en los últimos 12 meses.
Algunos de los afectados han hablado con ABC y han contado cómo viven la situación. Es el caso de María del Carmen y Manolo, una pareja treintañera con un niño de dos años. Él, trabajador de la construcción, acabó en la calle en septiembre. Ella hace tareas de limpieza cuatro horas cada día ya que, a raíz del embarazo, le subrogaron a otra empresa y acabaron reduciéndole la jornada. Han ido a la oficina de empleo a preguntar si ella puede solicitar un subsidio. «Será poco, pero un desahogo que dará para pagar la luz o el gas».
«¿Qué cómo nos las apañamos? La hipoteca, de 1.200 euros, supera nuestros ingresos, si no fuera por nuestros padres no sé que sería de nosotros», zanja María del Carmen.
«Más hipoteca que ingresos»
«Yo gano 900 euros al mes con la prestación de desempleo, y con lo poco de mi mujer apenas nos llega para la vivienda. Nuestro objetivo se limita a pagarla, ya que la compramos hace seis años», agrega Manolo.
«Comemos gracias a nuestras familias, ahora vamos más que nunca a sus casas. El problema es si esto se alarga porque a ninguno les sobra. Entonces iremos al banco, les entregaremos las llaves del piso y nos iremos debajo de un puente», recalca la mujer. La situación les provoca no pocos quebraderos de cabeza y discusiones, que intentan que no afecten a su hijo. «Yo ya no sé dónde buscar. Me da igual en qué sector. Estoy preocupado porque el subsidio lo recortan un 40% a los seis meses, y si ya andamos apurados...», concluye él.
Quienes han tenido que abandonar su casa por no poder hacer frente al alquiler son María Janet, de 33 años, su marido, Raúl Humberto, de 35, y sus tres hijos, de 15, 10 y 8 años. Son ecuatorianos y llegaron a España hace 13 años. En septiembre les despidieron. Él era albañil y ella trabajó más de dos años en una pastelería.
Ocho personas en pocos metros
«Nos hemos ido a casa de mi madre, un piso pequeño del centro de Madrid, porque solo yo cobro el paro, 600 euros, y el arriendo nos suponía 700. Somos ocho en total, porque con ella vive otra hermana y su hija», explica. «Mi marido estaba seguro de que iba a encontrar otra cosa y no lo logró. Al final, no presentó en plazo los papeles para poder cobrar la prestación». Es la primera vez que se ven apurados y se han inscrito en cursos de formación en CCOO, como otros lo han hecho en los de UGT, para optar a otros empleos. «Si no lo logramos, regresaremos. Ya no podemos recortar más. A mi madre le pagamos solo 200 euros por la casa y no gastamos nada.... Lo acusamos físicamente».
Crecerá la economía sumergida
Otros que lo están pasando mal son José y María, ambos de 45 años. «No sé si es por la edad, porque tenemos un hijo de 4 años, y porque hemos sufrido una cadena de desgracias seguidas, pero no veo salidas», dice José. Dueño de un currículum brillante, está convencido de que la situación irá a peor y crecerá la explotación y la economía sumergida. Y eso que solo lleva cuatro meses en paro. Su mujer, algo más optimista, hace tiempo que agotó la ayuda. «Contamos hasta el último céntimo. Y ni siquiera nos da para pagar el piso. Ya no sabemos ni lo que cuesta un café».

