En los últimos años la pretemporada arrancaba con la misma cuestión: ¿Ha llegado el momento de sentar a Raúl? Era la comidilla en todas las mesas. Encontrar un razonamiento futbolístico y de personalidad en el entrenador de turno para transportar al capitán a un segundo plano. Este año también se repite el escenario. Con distintas connotaciones y con más kilómetros en las piernas.
Han llegado Cristiano Ronaldo y Benzema para reforzar al ataque. Y se espera el refuerzo de Ribery. Más juventud. Más calidad. Más competencia... Pero mientras la crítica se estruja los sesos, el jugador sigue fiel a su estrategia. No ha cambiado ni su idea ni el desarrollo de la misma. Y el final ha sido hasta ahora siempre el mismo. Cuando la competencia se quería dar cuenta, Raúl ya tenía en el bolsillo la titularidad.
Y eso que en los quince años de batalla ha tenido que lidiar con grandes rivales como Anelka, Ronaldo, Van Nistelrooy, Owen.. o con peces más pequeños como Saviola, Soldado, Huntelaar... Al final, los entrenadores siempren sacaban la misma conclusión: «Nadie da tanto como él y casi ninguno le pone en un aprieto».
Su plan no tiene dobleces y está al alcance de todos. Aprovecha las vacaciones para descansar y tonificar la musculatura -cada temporada acumula alrededor de cincuenta partidos- y arranca la temporada en los límites de grasa corporal recomendada por los especialistas.
Vuelve más fino que nadie y mentalizado de pelear con una montaña cada vez más grande. Su segundo paso está encaminado a ganarse la confianza del entrenador poniéndose a su disposición sirviéndose de su condición de capitán. Una necesidad de vestuario que le reporta una posición privilegiada.
Sin ir más lejos, la pasada semana ya estuvo reunido con Manuel Pellegrini por espacio de una hora en Valdebebas. Ahí puso su segundo grano de arena. Con la puesta a punto de antemano y con la inicial afinidad al entrenador, Raúl será titular en los primeros partidos de la pretemporada. Mientras, los aspirantes están buscando su aclimatación al equipo, si son nuevos, o intentan recuperar la forma perdida en parte durante las vacaciones.
Raúl es un lobo. Tan testarudo como comprometido en su trabajo. Y va con la cabeza bien alta. De momento, lleva el «7», el brazalete y marca los tiempos. Como ayer. Aquí está CR9, pero el primero en comparecer antes los medios de comunicación fue él -con una sonrisa más complice que en otras ocasiones-. Y dejó varios titulares y reflexiones interesantes para el futuro.
«Mi único rol es el de ser jugador. Lo único que voy a intentar es estar en las mejores condiciones posibles. Lo de jugar depende del entrenador. Habrá partidos cada tres o cuatro días y precisaremos una plantilla amplia y bien preparada», dijo el capitán.
Le molestó una pregunta. Fue cuando le intentaron retrotraer a la era galáctica a raíz de la llegada de CR9 y de Kaká. «No conozco esa palabra (por galáctico)». Pidió a la plantilla «humildad» y «tranquilidad» porque muchos de los focos alumbran de cerca al proyecto que lidera Florentino Pérez.

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