Raúl, de delantero; y CR9 en la banda en el primer partido
Es demasiado precipitado para sacar conclusiones cuando el Real Madrid de Pellegrini ha cumplido una semana de trabajo y tiene mucho tiempo por delante. Pero en el entrenamiento vespertino se pudieron observar pequeños detalles que tienen en ascuas a buena parte de los aficionados blancos. El técnico montó un once contra once en la segunda parte de la sesión y allí pudimos ver a Cristiano Ronaldo corriendo la banda derecha. El propio portugués lo había anunciado en la rueda de prensa al reclamar un puesto en el costado en lugar del de delantero. Otro detalle. Raúl (el único que se entrenó por la mañana pese a que era libre) apareció de pareja de ataque de Benzemá. Era lo esperado pero había que corroborarlo en los ensayos previos a cada partido.
Con Van Nistelrooy en periodo de recuperación y con Kaká de vacaciones Higuaín se presentaba como el rival más incómodo (el argentino estaba formando el ataque de los teóricos suplentes). De momento, el entrenador se ha dejado guiar por los galones y el capitán debería ser titular en el partido amistoso del próximo lunes. Completó el ataque Robben en la izquierda. El holandés ha comentado que se queda y está tratando de convencer a Pellegrini.
Corroborado uno de los sellos de identidad de Cristiano Ronaldo: cuida su imagen. Se presentó a la rueda de prensa con todos los abalorios que permite este tipo de comparecencias. Un diamante en la oreja derecha; un llamativo anillo con deslumbrantes y diminutas piedras en el anular izquierdo; un reloj caro con esfera de cocina y mucha gomina en el pelo. Pantalón corto, camiseta y sudadera anudada, toda ropa oficial de paseo del club.
Por espacio de cuarenta minutos se sometió al tercer grado. Situación que superó con buena nota. Rompió el tabú que dibujaba un futbolista ególatra y en ocasiones mal encarado (es cierto que sólo lleva unos días en el nuevo club). Su discurso se movió entre la mesura y aplomo. Entre el gracejo y la complacencia. Nada de ruido. Nada de titulares llamativo. Más corrección y más «background». Llevaba la lección bien aprendida en algunos temas, como en el de los «galácticos» o la «relación con los medios».
Regateó preguntas ácidas
Bien aleccionado, no se dejó atrapar en las preguntas más incisivas. ¿Es usted el nuevo galáctico? «No he aprendido que significa galáctico. Soy uno más aquí para ayudar a ganar títulos. No soy más que ninguno. No me gusta la palabra galáctico».
Perfecto. Si el capitán ha desterrado esta palabra de su diccionario, él también. Lo sabía de antemano porque comparte todos los días mesa y mantel con el «7». Es más, alabó las facilidades que le están dando los compañeros para acelerar la adaptación a su nueva casa: «A mi llegada he encontrado un grupo de trabajo muy bueno. Los jugadores como Raúl, Míchel, Heinze o Guti me han acogido muy bien. Antes de venir, leía cosas en los periódicos del vestuario y luego no han sido así. Estoy muy feliz aquí porque todo está muy bien», señaló el portugués.
Pasa del Barcelona
Otro escenario se encontrará cuando lleguen las alineaciones en los partidos oficiales y fluya la competencia. Se cuidó mucho de no abrir ningún frente. Y lo logró. No entró al trapo de los dardos periodísticos. Sobre el Barcelona y una posible revancha de la Liga de Campeones dijo que «tengo la misma ilusión que si jugase contra otro equipo. Para ganar la Liga hay que ganar a todos. No sólo debemos estar preocupados por ese partido, que será muy grande porque nos enfrentaremos a uno de los mejores equipos del mundo».
Sí apostó fuerte y elevó el listón de los objetivos: «Tenemos que pensar en ganar todo. Y debemos estar mentalizados. Hay un gran entrenador y se han fichado grandes jugadores para hacer una buena plantilla». A raíz de esta reflexión llegó otro dardo. Si tienen tanto bueno y luego no ganan nada, usted habrá fracasado en su nuevo reto, dijo un periodista. «No. No juego yo solo. Aquí hay veinticinco jugadores. Es posible jugar bien y creo que vamos a ganar partidos. Pero nos tenemos que centrar desde el primer momento y trabajar muy duro».
No faltó la comparativa odiosa de los 96 millones de euros que invirtió el Madrid en su fichaje, mientras el Barcelona sólo se ha gastado 4,5 en la contratación de Maxwell: «Yo me siento bien. La calidad de un jugador no está relacionada con el precio que se paga en el mercado. No me interesa a quién fiche el Barça porque estoy centrado en mi club».
No quiere que lo comparen con Beckham, otro icono dentro y fuera del campo. «No me gusta ser como los demás», dijo. Y elevó la primera queja futbolística: «Jugar de delantero no es mi posición favorita en el campo, pero me da igual». De hecho ayer ensayó en la banda.

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