Jacub Gerber, el copiloto de Robert Kubica durante el Ronde di Andora, ha relatado el brutal accidente que mantiene al de Lotus Renault ingresado en el hospital. En una entrevista concedida a «Sport.pl», un portal de noticias polaco, Gerber ha asegurado que el único que puede conocer la causa real del accidente es el propio Kubica.
«No sé si fue por culpa del asfalto, de los neumáticos o del propio comportamiento del coche», explica Gerber, que vivió unos momentos agónicos tras el accidente. «Intenté salir del coche lo más rápido posible, pero no podía abrir la puerta así que pedí auxilio a los aficionados que se encontraban en ese tramo», asegura el copiloto, «aterrado» tras ver la huella que había dejado el accidente en el cuerpo de Kubica.
Trasladado a planta
«Hablaba e intentaba estar en constante contacto con él, mientras esperábamos a la Policía y los bomberos», relata Jacub, que no quiso intentar apartar el guardarraíl por miedo a provocar más heridas al piloto de Fórmula 1. El personal de emergencia llegó en unos minutos y tuvo que actuar contrarreloj: «Llegaron dos ambulancias, un equipo se ocupó de Robert y el otro de cortar el guardarraíl».
El objetivo era retirar al piloto y trasladarlo a un hospital en un cuarto de hora, pero el rescate se prolongó durante el doble de lo previsto dada la complicada situación de Kubica y del lugar del accidente. El helicóptero tuvo que aterrizar a cuatro kilómetros, aunque finalmente pudo sacar de allí a Kubica para que fuese ingresado en el hospital Corona de Pietra Ligure, próximo a Génova, donde fue operado de urgencia el domingo.
Kubica abandonará la UCI este jueves y será trasladado a planta tras la notable mejora de su estado de salud. Su futuro a medio plazo pasa por una larga recuperación antes de regresar a las pistas de competición.
Sin causa aparente
En el momento del accidente, el Skoda Fabia 2000 no superaba los 100 kilómetros por hora según explica el propio Gerber. El copiloto no pudo ver la causa del accidente al estar pendiente del libro de ruta, pero explica que el guardarraíl se convirtió en el peor enemigo para Robert como refleja una reconstrucción por ordenador realizada por una televisión polaca.
Gerber recuerda que otros pilotos de la misma prueba se quejaron de la complicación a la hora de conducir el vehículo, pero él ha querido descartar que esa fuera la causa del accidente. «Si cualquier piloto necesita más de 200 kilómetros para adaptarse a un coche, Robert puede manejarlo con soltura en menos de la mitad», defiende. Por tanto, descarta que pudiese haber un error de conducción por parte del piloto.
La investigación sigue a cargo de la fiscalía italiana, que confiscó el coche tras la prueba y ha realizado nuevas indagaciones sobre las posibles causas del accidente. Ni la carretera ni los neumáticos estaban en malas condiciones según Gerber, que ha lamentado la deficitaria construcción del guardarraíl en el tramo donde chocó Kubica. Una historia de miedo que todos esperan acabar con un final feliz: la vuelta de Robert a los circuitos de Fórmula 1.