Tomás Pedregal: «Acogen a los niños saharauis sin conocer la historia de su exilio»

La asociación envía recursos a los campamentos de refugiados, promueve la acogida de los niños y quiere concienciar sobre la realidad del Sáhara

Hace 43 años que perdieron sus casas y los niños, con poco más de una década de vida. solo han experimentado la existencia en campamentos y la pobreza. Muchos de ellos nos visitan con el popular programa "Vacaciones en paz" que en Córdoba promueve la Asociación Cordobesa de amistad con los niños y niñas Saharauis (Acansa) y así escapan un tiempo, breve, de esa situación. El presidente de esta entidad, Tomás Pedregal, valora el impacto de este programa y además relata toda la ayuda que prestan a los refugiados de esta causa.

—¿Qué es lo más importante que se puede hacer por la infancia en los campamentos del Sáhara?

—Allí hay tanta pobreza que, por poco que hagas, generas un gran impacto. Nuestros programas se centran en necesidades como el programa de salud bucodental, con el que les enseñamos hábitos para cuidar sus dientes y prevenir los problemas derivados del exceso de flúor que presentan. También llevamos a cabo un proyecto deportivo allí que aúna la educación y la diversión, y el programa Caravana por la paz, con el que enviamos alimentos, medicamentos y materiales que necesiten, ya sea para educación, rehabilitación, deporte, etcétera. Hemos llevado a cabo una acción concreta de habilitar una sala multifunción en una de las residencias de estudiantes para que dispongan de recursos de ocio. Y por supuesto desarrollamos Vacaciones en Paz, que tiene ya 40 años.

—¿Qué aporta este programa, el más conocido, a los niños?

—Para ellos supone un tiempo alejados de un ambiente de pobreza y precariedad. Entra en juego el cariño que reciben de las familias y los recursos que les aportan, tanto ropa como dinero.

—Vacaciones en Paz es casi una tradición del verano, ¿existe gran sensibilidad por la causa en Córdoba?

—El programa tiene gran acogida pero sin embargo gran parte de las familias acoge a los niños saharauis por la colaboración humanitaria, sin conocer la historia de su exilio, sin profundizar, sin saber que hace 43 años que perdieron sus casas y que es un conflicto de intereses económicos que tiene difícil solución. Existe un gran desconocimiento en este sentido que nos proponemos cambiar.

—¿Cómo es la convivencia cuando llegan los menores? ¿Qué aportan a los hogares de acogida?

—Al principio cuesta hasta que cogen confianza con la familia. Pero muchos se van llorando por el vínculo que se genera, sobre todo en los que repiten familia varios años. Todos estos niños son embajadores de su pueblo y te cuentan sus vivencias y cómo es su vida y eso hace que se estreche más la relación. En las familias que tienen hijos viene muy bien porque ven un testimonio de alguien que vive con muy poco y aprende a valorar lo que tiene.

—¿Qué necesidades presenta la entidad para llevar a cabo su labor?

—Aunque no lo parezca nos cuesta encontrar familias que acojan a los menores porque supone un sacrificio en el mes de vacaciones. Esto no quiere decir que tengamos una cifra baja de acogida. También nos preocupa la subvención del programa porque e muy costoso, a pesar de que elAyuntamiento de Córdoba nos ayuda mucho, también la Diputación, Fundación Cajasur y ayuntamientos de localidades. Incluso familias. Pero los recursos económicos siempre son el hándicap de las entidades.

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