Salvador Ruiz: «Nuestra sociedad ha de volver a crear vínculos para fortalecerse»
El músculo de Cáritas en Córdoba está formado por 1.700 personas voluntarias que en la Diócesis se mueven para ayudar a los que más sufren. La entidad de acción social de la Iglesia Católica trabaja desde de su organización diocesana y las Cáritas parroquiales, el «alma» de la organización «porque son las que están más cerca de la pobreza», en palabras del director de la oenegé en Córdoba, Salvador Ruiz.
Hace poco más de un año que asumió este puesto con el propósito de «mantener y crecer, no tanto en volumen, sino en calidad». En el camino de conseguir este objetivo, están todos los planes que nos cuenta Ruiz.
—¿Cuál es la dirección de trabajo de Cáritas tras la última asamblea?
—Hemos acordado tres líneas prioritarias. Una es volver a poner a la persona en el centro con acciones dirigidas a mejorar nuestro sistema de acompañamiento y acogida. Otro eje está enfocado a convertirnos en motor para toda la comunidad eclesial de la acción solidaria. Y por último vamos a trabajar para la concienciación social, para denunciar las situaciones que sufren las personas y llamar a una solidaridad universal.
—¿Cuál es el valor añadido de Cáritas en cuanto a la atención social?
—Contemplamos a la persona en su ser integral. Damos prioridad a la acogida y al acompañamiento más allá de lo que podamos ayudar en respuestas concretas. No estamos llamados a atender toda la pobreza que tengamos alrededor porque no llegamos con los recursos, pero sí que podemos acoger a todos los necesitados. Lo que Cáritas aporta es una acogida a la persona sin olvidar su dimensión trascendental.
— El informe Foessa nos habla de una pobreza estancada y en aumento. En Córdoba, en concreto, hay altas cifras de exclusión. ¿Qué alimenta la esperanza?
—La esperanza pasa por que volvamos a construir comunidad. Nuestra sociedad tiene que volver a crear vínculos sociales fortalecerse y afrontar lo que venga. Necesitamos tender puentes y reforzar un tejido social que haga que las personas no caigan al vacío. Tenemos grandes bolsas de pobreza y la diferencia entre una familia que está en una situación de seguridad y una que no la tiene está en cruzar una calle, por eso hay que poner la esperanza en activo, trabajar para unirnos y no ser indiferentes a la pobreza.
—¿Cómo se puede ayudar a Cáritas para que siga cumpliendo su misión?
—En Cáritas necesitamos muchos corazones, personas que sepan entregar lo que son y compartir lo que tienen. Es más importante darse que dar, por eso hacemos un llamamiento a que las personas se hagan socias porque contribuyen a hacer una sociedad mejor. Por otra parte nos estamos dirigiendo también a empresas para que la responsabilidad social que ejercen, la confíen en Cáritas no solo con ayudas económicas sino a través de la línea de empleo.
— ¿Nuevos proyectos en camino?
—En la campaña de Navidad nos vamos a centrar en reforzar y conectar la línea de empleo con las personas sin hogar como urgencia asistencial. También queremos ampliar la formación y empleo en hostelería con la creación de un catering, en consonancia con la escuela de hostelería y la taberna Tabgha. Además de reforzar los recursos asistenciales y conseguir sacar adelante las plazas de la casa San Pablo, que ha perdido el apoyo de la financiación pública.
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