Las furgonetas de voluntarios de Cáritas y Cruz Roja se han adelantado a la ola de frío y desde el pasado 14 de octubre reparten cafés calientes, bocadillos y mantas a las personas sin hogar que duermen a la intemperie o en los cajeros de la ciudad.

El toque de queda no puede recoger a quienes no tienen techo donde dormir, por lo que la UVI Social del órgano oficial de la Iglesia Católica reparte los lunes, miércoles y viernes entre 45 y 50 personas cada noche y desde que se puso en marcha el dispositivo constan ya 87 personas sin hogar diferentes en Córdoba que han necesitado alimentos por la noche.

Por su parte, la Unidad de Emergencia Social (UES) de la institución humanitaria atiende entre 80 y 90 personas por la noche cada martes, jueves y sábado.

Los voluntarios, provistos de sus mascarillas pertinentes, atienden puntos de la ciudad donde se concentran más personas sin hogar como la Plaza del Alpargate, cajeros de oficinas bancarias del centro de la ciudad, pero también pasan por barrios como la Fuensanta, Ciudad Jardín y enclaves periféricos de polígonos industriales.