La Red Cohabita busca modelos para mejorar la empleabilidad de personas sin hogar en Córdoba
¿Se puede encontrar un empleo cuando no se tiene hogar ni recursos para vivir? La red Cohabita, confirma que la posibilidad existe. Pero si ya es complicado para una persona que tiene todo en su mano, cuánto más lo será para alguien en riesgo de exclusión. Las dificultades que se plantean, desde el punto de vista del complicado mercado laboral de Córdoba y la baja empleabilidad de los demandantes, son salvables y existen estrategias y modelos que la red se dispone a imitar.
Por eso, con las entidades que forman esta red (Cáritas, Cruz Roja Española, Fundación Prolibertas, Adeat y el Ayuntamiento), han organizado para el jueves 28 de marzo las V Jornadas de Buenas Prácticas de Intervención con Personas sin Hogar que tratarán sobre empleo y sinhogarismo. «Un evento en el que vamos a escuchar los testimonios de experiencias de intervención laboral con personas sin hogar de las que podemos y debemos aprender», comenta el técnico del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Códoba, Javier Lucena.
No obstante, en la capital existen iniciativas que funcionan en la formación y creación de empleo para las personas en riesgo de exclusión y dentro de este grupo para los que no tienen un hogar, un colectivo aún más vulnerable. Una prueba de esto se encuentra en el Plan Municipal de Inclusión Activa, que se genera en el área de Servicios Sociales y se ejecuta a través de Sadeco, la empresa municipal de saneamientos. Dentro de las plazas para limpieza que cubre a lo largo del año en sus proyectos, se reservan unas 15 para personas en situación de calle. En 2018 en concreto llegaron a contratar a 19 trabajadores de este colectivo, según los datos facilitados por Lucena.
Hace dos años que empezaron con esta práctica y el deseo es «diversificar la actividad, que no sea únicamente limpieza viaria», revela Lucena. Pero «la empleabilidad de personas sin hogar a veces tiene límites insuperables. Gente con deterioro avanzado, problemas de salud mental, adicciones...», apunta el técnico de Servicios Sociales.
Otras dos muestras de empleo en el ámbito de los más necesitados en Córdoba se encuentran en Prolibertas con sus Libertiendas y el proyecto de aprovechar este negocio de solidaridad para generar más puestos de trabajo y en Cáritas, donde hacen una labor importante por la inserción a través de sus empresas sociales Solemccor, de recogida de residuos, el restaurante escuela Tabgha y el proyecto de confección solidaria Dorcas. Tres iniciativas que cuentan en sus plantillas con varias sin hogar.
Tras esta experiencia, la responsable de Acción Social del programa de personas sin hogar de Cáritas, María Calleja, admite que «el empleo no les hace abandonar su condición de no tener hogar pero les aporta autoestima y motivación y les asegura unos recursos de subsistencia». Por su parte, ofrecen también un acompañamiento «para que ganen seguridad en el trabajo, se adapten y si tienen alguna necesidad de formación, se la proporcionemos», añade la trabajadora de Cáritas, como forma de garantizar que el candidato mantendrá el trabajo.
El gran reto en este área de intervención es lograr la contratación para el grupo de personas sin hogar que sí es empleable. «Las empresas de inserción han demostrado su utilidad en otros sectores, como en el mundo de la discapacidad, donde se han desarrollado modelos importantes como el de Fepamic, que participará en las Jornadas. Pero en el sinhogarismo no los hay y eso es lo que queremos encontrar», afirma Lucena en relación con el debate que plantearán el próximo 28 de marzo. En el programa contarán con la aportación de un experto que conjuga la condición de científico-universitaria, con la práctica institucional del Ayuntamiento d Barcelona, la Fundación Personas y Empresas de Madrid y la Asociación Arrabal, de Málaga.
El trabajador social de Prolibertas, David Lino, explica que quieren imitar «modelos de éxito de inclusión real para no caer en la segregación ni dar falsas expectativas a los usuarios. A veces les planteas un recurso que puede poner fin a su situación de exclusión pero en realidad es algo que nadie quiere. Y debemos avanzar con empresas sociales pero también con el tejido empresarial existente«»,