Cómo conseguir las cejas perfectas de Lily Collins en «Emily in Paris»

Si hay un ejemplo perfecto de la tendencia más actual en cejas ese es el de la actriz protagonista de la nueva serie de moda

Mucho ha cambiado la estética de las cejas en las últimas décadas. De hecho, aunque mirando al momento presente no lo pueda parecer, son un elemento más sujeto a las tendencias de belleza de cada época. Y, lo que hoy nos maravilla puede darnos vergüenza ajena en un futuro echando la vista atrás. Es lo que a muchas les sucederá al repasar su álbum de fotos de los 90. Esas cejas finas, casi inexistentes, serían inconcebibles hoy en día.

Por el contrario, los cánones de belleza actuales veneran las cejas pobladas, naturales y que dotan de personalidad al rostro. Y si hay un ejemplo perfecto de esta tendencia ese es el de la actriz protagonista de «Emily in Paris», Lily Collins: arqueadas, pobladas, bien definidas y con el toque justo de naturalidad que aportan esos pelillos que se le alborotan ligeramente a ambos lados del entrecejo.

 

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Seguramente hace un par de décadas Lily hubiese tenido que pasar por las manos de alguna esteticista para depilar sus cejas. Pero, hoy en día, no podemos más que fijarnos en ellas como modelo. Y así es como podemos conseguirlas, paso a paso.

La claves de unas cejas perfectas

El primer paso para lucir unas cejas perfectas como las de Lily Collins es el diseño de cejas. Es posible que si no hemos prestado atención a nuestras cejas nunca, descubramos de pronto que se les puede sacar mucho partido a la hora de favorecer nuestro rostro. Para ello podemos optar por un diseño profesional de cejas en un centro especializado o dar el paso nosotras mismas con las pinzas (siempre te recomendamos lo primero).

Te recordamos que la forma de la ceja debe ir acorde con la del rostro y que basta con hacer tres mediciones para saber dónde nos sobra pelo y dónde no. La primera, colocando un lápiz en vertical de forma que coincidan la aleta de la nariz y el lagrimal del ojo: así marcaremos el inicio de la ceja. La segunda, corresponde al punto más alto de la ceja y se calcula inclinando el lápiz de forma que coincida con la aleta de la nariz y el contorno externo de la pupila. Y la tercera se toma inclinando el lápiz hasta que coincidan la aleta y el lagrimal externo del ojo, dando lugar al punto en el que debe terminar la ceja.

Mediciones cejas

Errores al depilar

  • Tratar de hacerlas simétricas: si hay algo que se busca hoy en día en el diseño de cejas es la naturalidad. Y las cejas, por naturaleza, nunca son exactamente iguales. Si nos obsesionamos con que queden absolutamente simétricas, probablemente acabemos por depilar más de la cuenta o en lugares incorrectos.
  • Forzar un diseño concreto: la forma de nuestras cejas viene determinada por nuestra genética. Es decir, tenemos una forma natural predeterminada que debemos definir, pero nunca alterar. Por ejemplo, crear una ceja muy arqueada a base de una depilación exagerada resultará poco favorecedor para el rostro. En todo caso, si dudamos sobre cuál es la forma hacia la que debemos tender, lo mejor es ponernos en manos de profesionales.
  • Depilar demasiado por debajo: la parte inferior de la ceja es la que determina el diseño en mayor medida. Así, según la retoquemos se verá más o menos arqueada, redondeada o plana. Pero normalmente basta con eliminar los pelillos que se salen de manera muy evidente de la ceja.
  • Depilar por arriba: la parte superior debe quedar definida, esto es, sin pelillos rebeldes fuera. Pero si la alteramos demasiado modificaremos el alto obligándonos a compensar la ceja contraria y obteniendo un resultado artificial. En esta zona solo debemos preocuparnos por igualar el alto natural y definir bien.

Retocar las cejas

 

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Una vez tenemos claro el diseño de nuestras cejas solo tendremos que mantenerlo (bien en casa o bien acudiendo a un centro profesional) y retocarlo si es necesario cada vez que nos maquillemos. Y es que es posible que por el paso de los años, el descuido o simplemente la naturaleza de nuestras propias cejas necesitemos retocarlas para embellecerlas, bien rellenando, dando forma o «domando» el pelo.

Afortunadamente, hoy en día disponemos de productos específicos que solucionan cada problemas de cejas:

 Cejas poco pobladas: Ya sea porque durante años hemos abusado de la depilación o porque naturalmente nuestras cejas presentan pequeñas calvas, lo que debemos hacer para embellecerlas cada vez que nos maquillemos es rellenar los huecos. Para ello podemos recurrir a lápices de cejas, sombras o rotuladores efecto «microblading» (lo que dibujan pelo a pelo).

Cejas rebeldes: puede que nuestro problema sea que no podemos controlar el acabado de nuestras cejas y nos resulta imposible mantenerlas peinadas y definidas. En este caso, las máscaras de cejas y las ceras nos servirán para mantener cada pelo en su sitio. Incluso si queremos, aportando color.

Cejas invisibles: si el pelo es demasiado fino o ha perdido densidad con los años, lo que necesitamos es redibujar la deja aportando espesor y definición. De esta manera lograremos enmarcar la mirada, logrando un aspecto muy diferente y favorecedor. Para solventarlo, podemos recurrir a sombras y lápices de cejas, así como a rotuladores de delineado múltiple que imitan el acabado pelo a pelo.

Cejas demasiado finas: si hemos cometido errores al depilar y nos hemos pasado de la raya, tendremos que engrosar las cejas con lápiz tratando de hacerlo con trazos realistas. También podemos optar por un rotulador efecto «microblading».

Micropigmentación de cejas

 

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Para quienes busquen soluciones más permanentes, el «microblading» y la micropigmentación de cejas son una alternativa ideal para evitar el maquillaje y los cuidados de mantenimiento. Consiste en «dibujar» las cejas pelo a pelo mediante pigmentos que se aplican con una técnica similar a la de los tatuajes, pero menos invasiva y dolorosa.

Es una técnica pensada tanto para rellenar las cejas como para darles forma por completo y sus resultados pueden durar entre uno y cuatro años dependiendo de la técnica. Eso sí, requiere un proceso de curación cuidadoso y los resultados no son definitivos hasta pasados unos días si hablamos de micropigmentación.

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