Maquillador oficial de Chanel España, es toda una en referencia en lo que a maquillaje de alfombra roja se refiere. Su sello son los delineados y las pelirrojas. Con él charlamos sobre y las tendencias actuales
Prácticamente, no hay actriz de renombre en el panorama internacional que no haya pasado por los pinceles de Iván Gómez, maquillador oficial de Chanel España, antes de pisar una alfombra roja o «photocall». Hablamos de intérpretes como Maribel Verdú, Blanca Suárez, María León, Macarena García, Úrsula Corberó, Ana Polvorosa y Amaia Salamanca, entre otras muchas. También modelos internacionales de la talla de Irina Shayk, Toni Garrn, Blanca Padilla y Laeitita Casta se han puesto en sus manos alguna vez.
Aunque sin duda fue el aplaudido maquillaje que la actriz María Pedraza («La Casa de Papel», «Élite») lució en los Premios Goya 2019 lo que marcó un antes y un después en la proyección de su trabajo. No en vano, considera que el «eyeliner» es su sello y por eso intenta darle siempre una vuelta para conseguir efectos diferentes.
Especialista en hacer brillar a las estrellas ante los focos, nos atiende con motivo de su participación en el evento de maquillaje The Glam Day, que se celebra el próximo 10 de noviembre en Valencia. Con él charlamos sobre su experiencia maquillando celebridades del celuloide, sus «looks» más sonados y las tendencias de maquillaje por las que apuesta esta temporada.
Trabajar con estrellas te permitirá explorar más posibilidades y marcar tendencias. ¿Te suelen dar manga ancha?
Cuando trabajo con actrices no dejan de ser personas, como cuando trabajaba en el punto de venta o con particulares. La diferencia es que hay más presión porque hay personas que ven y juzgan el trabajo. Siempre intento que la magnitud de la repercusión no interfiera en el trabajo. Es importante tener en cuenta que al principio, cuando empiezas, no sueles ser tan atrevido porque hay muchos nervios y siempre vas a la apuesta segura. Cuando pasa el tiempo, te apetece aportar quién eres tú y cuál es tu identidad. Es en ese momento cuando la gente conoce tu trabajo es cuando comienzan a darte manga ancha. Ya buscan tu sello de identidad. Cuando alguien viene a ti es porque algo de lo que haces gusta.
Normalmente, siempre se suele partir de un consenso, sobre todo cuando trabajas en alfombra roja. Yo parto de aquí, qué es lo que tú propones y juntos se va construyendo. Hay personas con las que hay mucha confianza y me dicen «Ivan, adelante, dime cuál es tu propuesta».
Cuando empiezas, no sueles ser tan atrevido porque hay muchos nervios y siempre vas a la apuesta segura
¿Hay algún maquillaje del que te sientas especialmente orgulloso o que te haya traído más satisfacciones?
Para mi la repercusión que tuvo el maquillaje de María Pedraza en los Goya del año pasado en Sevilla fue algo que realmente no me esperaba. Fue una gran sorpresa porque también ayudó mucho a que mi nombre circulara en redes sociales y de repente empezaron a subirme los seguidores, a mencionarme muchos profesionales del sector, a reinterpretar este maquillaje que había hecho y con una alegría inmensa. Luego pasó algo parecido, aunque no tan intenso, con Blanca Suárez. Generalmente, siempre que son festivales de cine, el «look» suele tener mucha repercusión. Si a eso le sumas que haces algo un poco fuera de lo habitual, suele ser algo bastante notorio en redes, sobre todo ahora que es la vía de comunicación principal.
¿En qué te fijas/inspiras a la hora de diseñar un look para una alfombra roja? ¿La preparas con antelación o también te dejas llevar por la improvisación?
Siempre parto de una base que es el «look». El «look» de estilismo que es lo primero que se decide, para mí es como el patrón que define a partir de donde trabajo. Aunque yo lleve una idea, soy un profesional que me gusta vivir mi trabajo con verosimilitud en el sentido que me gusta dejarme llevar y según lo que sienta. Soy una persona que me dejo llevar por la energía, las emociones y sensaciones del momento. Puedo llevar una idea preconcebida, pero, en ese momento, miro a la actriz y me transmite algo diferente a lo que yo esperaba. Intento tener esa empatía emocional para identificar qué es lo que necesita en ese momento, independientemente de mi idea como maquillador. Creo que para ser un buen profesional a veces hay que dejar tu parte de ego aparcado para velar realmente por los intereses de la persona con la que estás trabajando. Sin duda, es el mayor de los éxitos para un profesional.
¿A qué estrella internacional te gustaría maquillar y qué le harías?
Bueno, yo admiro muchísimo a Julianne Moore. Todo lo diferente me llama la atención, sobre todo las pelirrojas. En España tengo a mi Ana Polvorosa, que la amo. Pero sí que me gusta mucho la imagen, la fuerza y el carácter de Julianne. También me gusta muchísimo Uma Thurman. Me suelen gustar las mujeres que tienen un discurso detrás, que se apoyan siempre en una parte intelectual, emocional y eso es lo que hace que realmente despierte interés en mi una mujer. Me quedo también con Zoe Kravitz por su fuerza, raza, con esa peculiaridad tanto a nivel de imagen como de energía. En definitiva, mujeres con carácter y carisma.
A Julianne Moore le haría un «eyeliner» porque me encantan. Es un poco mi sello e intento darle siempre una vuelta, no siempre hacer un «eyeliner» igual, sino que pruebo con uno con glitter, un «under eyeliner», un doble «eyeliner»… Intentaría hacerle algo más sofisticado. Ella siempre apuesta por los ahumados, pues yo le haría un «look» un poco más limpio.
Siendo maquillador profesional, con una experiencia como la tuya, habrá cosas que te chirríen cuando vas por la calle…
Hace tiempo que deje ese «TOC» que tenía por deformación profesional, porque me volvía loco. A no ser que sea algo muy muy evidente, como alguien con una sombra de ojos muy estridente que me llama poderosamente la atención, intento que me llame menos. Creo que con la edad me he vuelto más permisivo o un poco más libre. Esa sería la palabra. Tengo la anécdota de una camarera que me atendió en un hotel con una sombra azul eléctrica, técnicamente mal aplicada y pensé «Olé ella defendiendo su sombra» (risas).
Tengo la anécdota de una camarera que me atendió en un hotel con una sombra azul eléctrica, técnicamente mal aplicada y pensé: «Olé ella defendiendo su sombra».
Si pudieras lanzar un consejo o corrección a nivel general, ¿Cuál sería?
Me suele chirriar el maquillaje en exceso o la combinación de colores, porque yo siempre abogo por un maquillaje sofisticado, pero que en el que haya una armonía cromática. Sin embargo, cuando veo alguien combinando una sombra azul con un labio naranja pienso que quién soy yo para juzgar eso.
Tendencias de maquillaje otoño-invierno 2019/20
En términos generales, ¿cómo definirías el maquillaje que se lleva esta temporada?
Esta temporada vamos a empezar a ver maquillajes mucho más elaborados. Volvemos un poco a los 80s-90s, o incluso principio de los 2000, donde había una evidencia de maquillaje. No sé si es por la vertiente de la serie Euphoria, que las tendencias están evolucionando y están volviendo a lo que fuimos, porque así es la moda, es cíclica, y va moviéndose constantemente. Así que diría que es un maquillaje intenso bastante colorido.
Por ejemplo, en Chanel tenemos una colección que, a pesar que su nombre sea «Noir et Blanc», es una oda a los colores absolutos, a los colores por excelencia que son el negro y el blanco que es el todo y el nada.
En cuanto al rostro, ¿cómo se lleva en la actualidad?
Para mi «no se lleva nada». La tendencia es una fantasía, una utopía. Las colecciones no dejan de ser como el que se compra un cuadro y lo pone en su casa, que te llama la atención y te inspira por los colores, pero no quiere decir que haya que seguirlos. Lo más importante es la persona y las necesidades específicas y puntuales. ¿Quién soy yo para decirle a alguien que tiene la piel súper grasa que la tendencia es el maquillaje jugoso?
Si yo tengo que elegir, en función de mi criterio, sigo abogando por una piel natural, donde haya una corrección pero dentro de que no se aprecie que hay una evidencia de maquillaje. Que se vea transparente, con sus volúmenes, sin imperfecciones, pero siempre apostando por texturas ligeras, frescas, luminosas, como la piel de un bebé, que es luminosa pero no brilla.
Sigo abogando por una piel natural y apostando por texturas ligeras, frescas, luminosas, como la piel de un bebé, que es luminosa pero no brilla.
¿Cómo se lleva el delineado? ¿Cuál sería la opción para las más atrevidas? ¿O alguno por el que sientas debilidad?
Como te apetezca llevarlo (risas). Es que de repente te pones a ver desfiles y hay un delineado recto, otro cóncavo… Lo que a mí me gusta es el delineado horizontal, rasgando y potenciando la forma natural del ojo, no transformándola.
En cuanto a sombras, ¿cómo se llevan este otoño-invierno?. ¿Alguna tendencia que destacarías como imprescindible?
Sombras muy ricas en colores intensos y profundos. Puedo hablar de la colección de Chanel nuevamente «Noir et Blanc», con dos paletas maravillosas: una en tonalidades negras, grises y blanco superluminoso para hacer el clásico ahumado, pasando por toda la tonalidad de grises; hasta llegar a una sombra en tonos tierra, petróleo, con un rojo granate, aplicándolo en la cuenca como color de transición, lo que ayuda a la persona que no es profesional a conseguir un ahumado bastante limpio.
¿Las cejas siguen teniendo cierto protagonismo esta temporada? ¿Cómo podemos potenciarlas?
Las cejas por supuesto, imprescindibles, tanto finas como gruesas. Las cejas definen un poco la identidad del maquillaje. Venimos de una tendencia de cejas ultra pobladas, muy gruesas… Se mantiene esta tendencia por la importante estructura de la mirada. Si bien es cierto que estamos abogando por una ceja con un poco menos de densidad, más natural. Tampoco se trata de lo que está haciendo Rihanna con cejas volviendo a los años 20. La tendencia que vendrá en un par de años seguramente será la ceja muy finita, pero en este momento la ceja se mantiene con densidad, manteniendo una estructura de mirada amplia que nos ayude a definir la zona de los ojos.
¿Sigue teniendo el iluminador un hueco especial en el maletín de maquillaje de esta temporada?
El iluminador para mi es imprescindible, tanto en polvo como en crema. A mí me fascina el de Chanel, es un iluminador que utilizo siempre ya sea un maquillaje de alfombra roja, rueda de prensa o sesión de fotos. Es Baume Essentiel, un maquillaje en stick que me encanta para las zonas altas del pómulo. Cuando cumplimos edad y aparecen las patas de gallo, aplicar un producto empolvado en esa zona provoca un surco en la línea de expresión. A no ser que la piel sea joven, que sí recomiendo iluminador en polvo, a partir de los 35-40 aconsejo ese. Lo puedes aplicar también en labios y lagrimal y da un efecto muy bonito, potenciando esa zona cuando incide la luz.
¿Cómo es el maquillaje de labios por el que apuestas esta temporada? ¿Qué tendencias destacarías?
Destacaría la línea Rouge Allure Ink de Chanel. Son unos labiales de larga duración con un acabado mate aterciopelado, profundo, sin ninguna imperfección. Pero me gusta que convivan los mates con los brillos. Que exista un abanico de posibilidades para ponerte lo que te apetezca y cada uno viva el maquillaje con libertad. Que nada se siga a pies puntillas porque entonces no tendría para mí sentido el maquillaje.
Hablando de estilos, hemos visto innumerables referencias «retro» en maquilladores de todo el mundo. ¿Está de moda evocar tiempos dorados del maquillaje? ¿Con qué estilos, elementos o técnicas te quedas para incorporar al maquillaje actual?
Afortunadamente somos la mochila que llevamos en todos los aspectos. Yo me inspiro en fantasías del futuro, pero somos lo que somos por el pasado. Los años 20 para mí son una referencia brutal con el labio rojo, la ceja perfectamente definida y esa piel empolvada. No sabría decirte con qué me quedo esta temporada. Recurro a la historia del maquillaje, recurro a lo que he vivido, a lo que he visto y a aquello de lo que me he ido empapando a lo largo de mi vida. Quizá lo que pueda sentir más cercano a la hora de crear los looks es la época de los 80 con la explosión de color, el glitter…
Viendo tus trabajos, se nota que apuestas por el «glitter». Más allá de la alfombra roja, ¿cómo podemos aplicarlo en casa para salir airosas?
Yo creo que todos los maquilladores apostamos por el «glitter», desde el primer momento que empezamos. Porque da luz, transforma y cambia. Siempre a mi manera, con toques sobrios, elegantes. Si lo utilizo, lo uso en zonas muy localizadas porque no me gusta que el «glitter» lleve a la persona, sino que la persona lleva el «glitter».
Si me preguntan la clave de mi éxito sería escuchar y entender las necesidades de la persona que tengo delante. El truco es ponerte freno, saber cuáles son tus límites como maquillador porque seguramente donde estén tus límites serán donde empiecen las necesidades de la persona con la que trabajas.
