Trucos para reducir el dolor al depilar las cejas con pinzas

Si eres de esas a las que se le saltan las lágrimas cuando se depila las cejas con las pinzas, te interesa esto.

Las cejas perfectas se han convertido en la última obsesión de belleza, lo que ha llevado a tratamientos como el «microblading» o la laminación. También los productos de maquillaje para el retoque de cejas se han colocado entre los cosméticos más demandados, llevando a las firmas de belleza a desarrollar gamas completas dedicadas a las cejas.

Las pinzas depilatorias nos ofrecen mayor precisión en casa que cualquier otro sistema (cera, cremas depilatorias o rasuradores), por lo que resultan ideales cuando vamos a hacernos las cejas por primera vez. Y es que es el único método que nos permite ir pelo a pelo comprobando el resultado sobre la marcha para lograr la forma perfecta.

En el caso de que nos hayamos sometido a un diseño de cejas profesional, ya sea una depilación con hilo o una técnica de micropigmentación, las pinzas son también la herramienta ideal para retirar esos pelillos de las cejas que van creciendo con el tiempo y alteran su forma.

Depilar cejas con pinzas sin dolor

 

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Sea cual sea nuestro caso, lo cierto es que el método puede suponer un proceso doloroso, especialmente si tenemos que dar forma a la ceja por primera vez y debemos retirar una gran cantidad de vello. Pero, en general, retirar los pelillos que nacen fuera de la ceja puede resultar desagradable hasta el punto de que muchas llegan a descuidar la forma para evitar ese ritual en el que muchas veces se les saltan las lágrimas.

¿Podemos hacer algo para reducir el dolor al depilar con pinzas?

Las pinzas adecuadas

Es algo en lo que casi nadie repara, pero tiene gran relevancia a la hora de evitar destrozos en la depilación de cejas casera. Solo hay que reparar en que hay diferentes tipos de pinzas, muchas de ellas, diseñadas para fines distintos al de retirar el vello de la ceja (por ejemplo, las pinzas sanitarias).

 

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Puesto que la ceja crece sobre una superficie curvada (el hueso sobre la cuenca del ojo), las pinzas que mejor se adaptan son aquellas con forma biselada.

Es esencial, además, que las pinzas no estén desgastadas ni sucias para que ofrezcan el máximo agarre, tanto con vellos finos como gruesos. Así evitaremos que el vello se parta al tratar de extraerlo, generando un dolor innecesario y complicando aún más la tarea. La consecuencia de usar una pinza que no es capaz de agarrar el vello a la primera es que el proceso se vuelve más doloroso de lo normal.

Además, el hecho de insistir en un mismo vello para atraparlo puede llevarnos a cometer errores de precisión y lastimar la piel con uno de esos temidos pellizcos.

Calor previo

Si calentamos la piel previamente lograremos que los poros se dilaten ligeramente y de esta manera será menos costoso extraer el vello. Para eso podemos aprovechar el momento después de salir de la ducha para depilarnos las cejas con las pinzas o, en su defecto, aplicar sobre la zona una gasa mojada en agua caliente y bien escurrida para conseguir el mismo efecto.

Rasurador de cejas

rasurador de cejas depilación

Muchas deciden recurrir al rasurador de cejas para evitar el dolor de las pinzas, ya que este es un método totalmente indoloro. Aunque, si vamos a darles forma por primera vez, no es la herramienta más indicada para hacerlo por su falta de precisión.

Sin embargo, sí puede resultar un recurso útil para eliminar el vello más fino que va apareciendo con el paso de los días por encima de la ceja. Para ello, debemos utilizar el perfilador haciendo movimientos de barrido vertical. Eso sí, debemos evitar esta herramienta si tenemos la piel de esta zona sensible o problemática (con acné, por ejemplo).

La técnica para retirar el pelo

La forma de ser preciso y evitar dolorosos errores con las pinzas depilatorias es seguir la dirección de crecimiento del cabello. Esto implica sujetar el pelo por la base (lo más cerca posible) poniendo cuidado de no pellizcar la piel y extraerlo en dirección hacia donde crece naturalmente. Solo tenemos que probar a hacerlo en la dirección contraria para darnos cuenta de que resulta mucho más dolorosa la extracción.

Nada de espejos de aumento

Tendemos a pensar que con un espejo de gran aumento logramos mayor precisión y el resultado de la depilación de cejas será más acertado. Pero cuidado, porque estos espejos pueden hacernos perder la perspectiva llevándonos a depilar más de lo necesario. Y, si depilamos más vello de la cuenta, significa que sufrimos más dolor de lo imprescindible también.

Lo mejor es utilizar un espejo normal al que podamos acercarnos todo lo necesario para visualizar los pelitos más finos para dar así una buena definición a nuestras cejas.

Aliviar la inflamación

Lo mismo que antes de la depilación con pinzas conviene aplicar calor para facilitar el proceso, al finalizar podemos tratar con frío la zona para desinflamarla y aliviar las molestias. Así, podemos aplicar hielo con ayuda de un trapo o una bolsa de frío sacada directamente del congelador. De esta manera conseguiremos anestesiar ligeramente la zona dolorida y desinflamarla después de las alteraciones producidas por la tracción de la pinza.

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