Las temperaturas de estos días en España no son más frías de lo normal en estas fechas y no se ha batido récord en las mínimas. «La memoria histórica meteorológica es muy débil», dicen los expertos

La epidemia de gripe afecta ya a toda la Península
La bajada de las temperaturas ha provocado un repunte de casos de gripe en toda España, con una mayor incidencia en el norte y centro. La infección se extiende ya por toda la península y alcanza el umbral epidémico en varias comunidades, según los últimos datos del Servicio de Vigilancia Epidemiológica de la Gripe del Instituto de Salud Carlos III relativos a la semana del 28 de diciembre al 3 de enero.
Las comunidades más castigadas son Asturias, con 600, 53 casos por 100. 000 habitantes; Cantabria (303, 57); Castilla y León (252, 48); Madrid (249, 63); País Vasco (229, 91); y Navarra (228, 69),
Pese al aumento de infectados, la situación es de normalidad respecto a otras temporadas de gripe. La incidencia (número de personas afectadas) «está siendo moderada, igual que el año anterior», aseguró ayer el Ministerio de Sanidad. Otra cuestión es su intensidad, porque una de las cepas del virus de la gripe que circula por nuestro país es más virulenta. La buena noticia es que esa cepa está incluida en la vacuna de este año, por lo que las personas que se inmunizaron están protegidas. Sanidad espera que el número de personas infectadas siga aumentando la próxima semana cuando se espera alcanzar el pico de incidencia. Si se cumplen las previsiones, la epidemia empezará a remitir en dos semanas.
El refranero español ha sido muy maltratado en los últimos años y, salvo contadas excepciones, los refranes relacionados con el frío que debía imperar en determinados meses del año, como este de enero, parecían sacados del imaginario colectivo de otro país, porque en el nuestro los rigores del invierno no han sido generalizados. Por eso, las temperaturas de estos días pueden parecer algo extraño e, incluso, inédito. Pero basta con echar un vistazo a la agenda para este año de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para comprobar que muchas de las situaciones vividas estos días ya las habíamos vivido antes.
Algunos ejemplos se refieren a un día como hoy, 9 de enero, pero de 1985, cuando se batieron marcas absolutas de temperaturas mínimas en varias estaciones de las islas Baleares; o a un día de Reyes de 1505, cuando la capa de nieve en Sevilla alcanza un espesor de 20 centímetros; o un 2 de enero de 1914 en Alicante, donde cayó una nevada, la primera desde 1887; o el temporal de nieve y viento que azotó la Península la primera semana de enero de 1997 dejando incomunicados a más de mil pueblos y causando la muerte de una veintena de personas.
Algunas fechas se remontan más en el tiempo, pero otras, como en el caso de éste último ejemplo, son de la última década del siglo pasado. Como dice Ángel Rivera, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología, «la memoria histórica meteorológica es debilísima».
Y es que la costumbre a veces enmascara la realidad. Y la verdad es que ninguna de las temperaturas mínimas registradas en la madrugada del jueves batieron récord. «No se ha registrado ninguna efemérides», explicó Rivera. Así, por ejemplo, Albacete registró esa noche una mínima de 8,2 grados bajo cero, siendo la capital de provincia más fría. Sin embargo, el 3 de enero de 1971 los termómetros de esa ciudad se desplomaron hasta los 24 grados bajo cero. Es llamativo que estas temperaturas mínimas se han registrado con cielos nubosos, lo que significa que de haber quedado el cielo raso aún habrían sido más bajas.
Madrid, por ejemplo, donde las temperaturas en la madrugada del pasado jueves bajaron hasta los 6,1 grados, aún se quedó a cuatro grados de diferencia con su efemérides del 16 de enero de 1945 (-10,1 grados). Huesca, por su parte, que registró 6 grados bajo cero, alcanzó los -12,6 grados el 7 de enero de 1985. Y así con cada una de las mínimas registradas estos días. Tampoco es extraño que la Playa de la Concha en San Sebastián aparezca nevada, al revés -afirma Rivera- «es una imagen que se ha convertido en un clásico».
A la antigua
Por tanto, no es nada extraño lo que está ocurriendo ahora. «Llevamos varios años con inviernos cálidos y en cuanto ha venido un invierno de los antiguos, la gente no lo conoce o no se acuerda bien», dice el portavoz de Aemet. No es que éste sea raro, sino que los últimos años son los que no han sido normales. Así, por ejemplo, el mes de enero del año pasado fue muy cálido para el conjunto del país. En la España peninsular y Baleares se superó la media en 1.7 grados, siendo el sexto enero más cálido desde el año 1971.
Años cálidos
Numerosos observatorios del interior registraron en enero de 2008 valores extremadamente cálidos y en más del 10 por ciento de los observatorios se superaron los máximos históricos, estableciendo nueva marca de temperatura media de enero. Gran parte de éstas se produjeron en las islas menores de Canarias y en puntos del interior peninsular: Ávila, Cáceres y Jaén, con series relativamente cortas (25 años), así como en Cuenca.
Otro tanto de lo mismo ocurrió en el mismo mes de 2007, que fue predominantemente más cálido de lo normal, y no sólo en España. Ese mismo mes registró las temperaturas medias globales más altas y en algunas partes de Europa, el invierno y la primavera fueron las estaciones más cálidas de su historia. Estos precedentes hacen que la situación actual nos parezca rara.
Un frío cuya explicación hay que buscarla en una borrasca que se formó sobre Centroeuropa hace seis o siete días, que poco a poco se fue desplazando de noreste hacia suroeste, «en dirección contraria a como suelen moverse las borrascas, de oeste a este», matizan desde la Agencia Estatal de Meteorología. Esta borrasca iba arrastrando una masa de aire siberiano, que ha provocado el temporal en toda Europa, y que llegó a España con aire menos frío que el que han sufrido nuestros vecinos europeos.
¿Cambio climático?
Ángel Rivera también entiende perfectamente lo que está en la mente de muchas personas: «¿Cómo resulta que hace este frío y luego se está hablando de cambio climático y calentamiento global?» La respuesta es clara, afirma Rivera: «El hecho de que en una zona del planeta en un momento dado haga frío no tiene nada que ver con el cambio climático. La atmósfera procede por ondas: allí donde hay una entrada fría del norte, delante hay una reacción cálida del sur. Lo que hay que hacer a final de año es el cómputo global de todo el planeta como una única entidad para ver cómo ha sido la temperatura media».
Año cálido en conjunto
Ese valor se ha hecho para 2008 y ha resultado que es el décimo año más cálido desde que se hacen observaciones. Como explica Ángel Rivera, en España, el primer semestre del año pasado fue bastante cálido, en la línea de otros años, y fue a partir de septiembre cuando se abrió un pasillo entre el anticiclón atlántico y el anticiclón siberiano por donde se cuela aire frío hacia el sur. Desde septiembre, con ciertas oscilaciones, esa estructura atmosférica ha estado presente, como valores medios, y por ahí se nos ha ido colando este frío que ha hecho que la última parte de 2008 haya sido bastante fría, aunque finalmente el conjunto del año haya resultado cálido.

