Dos allanamientos en menos de dos semanas. El colegio público La Aduana sufrió un nuevo asalto por parte de desconocidos en la noche del miércoles. En esta ocasión, los daños han sido menores causando pequeños daños y la rotura de cristales en cinco ventanas. Nada que ver con el ataque sufrido en el fin de semana del 28 de agosto y que causó un destrozo mayúsculo, del que el centro aún no se ha recuperado, pero aún así, el nuevo ataque vandálico ha creado inquietud en la comunidad educativa del centro, según apuntaron ayer fuentes cercanas al mismo.
La concejal de Educación del Ayuntamiento de Córdoba, Elena Cortés, confirmó este segundo allanamiento y apuntó que la alarma de seguridad del colegio no estaba activada en el momento del asalto, ya que permanece apagada desde que tuviera lugar el primer ataque, en el que destrozaron los cristales de la mayoría de las ventanas. «Las ventanas están sin cristales y si la alarma está activada, un simple pájaro que entre en el edificio puede activarla», justificó Cortés.
A pesar de los dos ataques y de que el Ayuntamiento aún no ha concluido los trabajos para reparar los desperfectos, el colegio tiene intención de empezar hoy las clases con total normalidad. Las labores de limpieza ya han concluido y ayer empezaron a reponer los cristales de las ventanas.
Estos dos allanamientos no son los primeros registrados en el centro. Hace una semana, con motivo del primer ataque, el director de La Aduana, Ildefonso Merino, explicó que el colegio había sufrido otros ataques con anterioridad, ya que su ubicación (en el kilómetro 7 de la carretera de Villaviciosa) y las características del mismo facilitan el acceso a sus instalaciones. Sin embargo, hasta la fecha, ninguno había sido tan grave como el del fin de semana del 28 de agosto. El resultado: más de un centenar de cristales rotos, farolas destrozadas, butrones en la cocina del colegio y desperfectos en el material de la empresa que está realizando las obras de la
Junta de Andalucía durante este verano, entre otras acciones, que suman daños por valor de más de 12.000 euros, según las fuentes consultadas.
La Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de la escuela pública (FAPA Ágora) pidió la semana pasada al Ayuntamiento que incremente la vigilancia en los alrededores de los centros educativos fuera del horario lectivo para evitar estos ataques, que suelen registrarse sobre todo durante los fines de semana y periodos festivos. Sin embargo, Cortés dijo que las alarmas de seguridad son muy eficaces y que los recorridos de vigilancia de la Policía municipal en los barrios de la ciudad ya incluyen los centros educativos.