Una llamada telefónica alerta a los bomberos de que está ardiendo un contenedor en Pozoblanco. Tras sofocar el fuego y media hora más tarde, otro vecino vuelve a dar la misma alarma, pero esta vez en la otra punta de municipio. Una pandilla de jóvenes de la localidad pozoalbense ha encontrado en el vandalismo una forma común de entretenimiento. En su particular pilla-pilla con la Policía Local, estos jóvenes han dejado un rastro de mobiliario urbano destrozado.
«Sabemos que son chavales, ya que algunos vecinos los han visto salir corriendo tras prender los contenedores», explicó Baldomero García (PP), alcalde de Pozoblanco. Desde aproximadamente un mes, la Policía Local busca a estos gamberros. «Llevan haciéndolo desde hace tres semanas más o menos, pero no puedo dar más datos porque la Policía está investigando los hechos», aseguró el alcalde.
Lo que comenzó como una simple gamberrada ya está tomando tintes muy serios. Al principio la quema de los contenedores se efectuaba a altas horas de la madrugada, pero últimamente los incendios se producen a horas más tempranas. El pasado viernes los vándalos hicieron de las suyas en torno a las 21.00 horas, coincidiendo con el recital de flamenco de Carmen Linares en el Teatro El Silo. «Nos resistimos a dejar de pensar en que son una pandilla de gamberros, pero es que ya se han pasado», señaló el regidor.
El caso más grave se produjo unas semanas en la calle Rafael Carrasco Recena. Los gamberros incendiaron un contenedor de basura, como siempre, pero el fuego se propagó a un coche, que quedó calcinado, y a las persianas de la residencia de ancianos Hospital Jesús Nazareno. Suerte que pese a los cuantiosos daños materiales, todo quedó en un susto.
