La drástica reforma de la Ley Antitabaco, por la que se prohíbe fumar prácticamente en todos los espacios cerrados de uso público y que entra en vigor pasado mañana, «asfixiará» al sector hostelero de la provincia. Las previsiones de Hostecor no son nada halagüeñas. Según indicó la patronal, en Córdoba se perderán más de 3.000 empleos, y cerca de un 20 por ciento de bares —unos 1.260 de los 6.336 registrados— se verán abocados al cierre. La reforma eliminará los humos, además, en 800 restaurantes, más de un centenar de pubs y en una decena de discotecas.
La nueva normativa, al contrario que la implantada en 2006, dicta que no se podrán habilitar zonas para fumadores en ningún local, aunque tenga más de 100 metros cuadrados. Tampoco estará permitido crear cubículos para los adictos a la nicotina en lugares como casinos o bingos
El responsable del ramo de restaurantes de la asociación, Alberto Rosales, denunció el «contrasentido» que supone la aplicación de esta reforma, «teniendo en cuenta la situación de crisis que estamos padeciendo».
Desde su punto de vista, «no entendemos, por ejemplo, que se permita aspirar humo en una habitación de hotel —la legislación les da la posibilidad de reservar el 30 por ciento de sus estancias para fumadores— y, sin embargo, se vete la posibilidad de hacerlo en un reservado de un restaurante. Es un ataque al ocio en toda regla», lamentó este empresario.
El sentimiento del sector es de indignación, «pero no hay nada que hacer; tan sólo esperar que la reforma tenga los efectos deseados, se reduzca el consumo de cigarrillos y la gente siga yendo a los bares», manifestó Rosales.
Los bares de menos de 100 metros cuadrados en los que hasta las 0.00 horas del día 2 seguirán sonando las piedras de los mecheros son los que ven el futuro más negro. En Córdoba representan el 75 por ciento del total, con unos 4.752
Así, en el bar Miguelito (Acera Pintada, 8), uno de los locales más conocidos de la ciudad, están a la expectativa. «A ver cómo reacciona la gente», manifestaron, si bien rompieron una lanza por su clientela. «No creemos que dejen de venir porque no se pueda fumar; al menos, eso esperamos. La gente acabará concienciándose».
Aseguran que «ya están preguntando, porque la mayoría no está muy enterada de los cambios; y los más cerrados de casco se oponen en rotundo a dejar el tabaco»
También cruzan los dedos en El Coto (en la calle Doce de Octubre). «No se ha dejado de coger un avión o de ir al cine por esa razón. Supongo que al principio será peor, pero es lo que hay y tenemos que acatarlo». Además, «ahora, en la mayoría de los espacios que están habilitados para fumadores no se puede ni respirar».
Menos facturación
Desde la cafetería Mané (Manuel de Falla) aseguraron que «los clientes están muy cabreados,porque aquí casi todo el mundo fuma. Incluso están diciendo que se quedarán —los que puedan— en sus peñas».
Muchos preguntan «qué vamos a hacer. No tenemos opción. Colocaremos unos colilleros en la puerta».
Sobre los efectos en la caja, apuntaron que «seguro que se nota y mucho, porque quienes vengan se tomarán una cerveza rápida y se irán; se acabaron las copas pausadas con un cigarrillo entre los dedos».
Algunos hosteleros, como los de Barra Fija (Camino de los Sastres), están ya buscando los flecos sueltos de la normativa para evitar que sus efectos negativos perjudiquen en demasía a sus negocios. «Aquí el 75 por ciento de nuestra clientela fuma; algo nos inventaremos para que puedan seguir haciéndolo, eso sí, sin violar la normativa». Precisamente, miembros de Hostecor se reunieron ayer con la delegada de Salud, María Isabel Baena, para plantearle sus dudas sobre la reforma.
Según el gerente de la asociación, Antonio Álvarez, «existe una gran preocupación entre los trabajadores del sector ante los conflictos que se puedan generar, porque si un señor decide encenderse un cigarro en tu establecimiento a tus espaldas, puedes encontrarte con una denuncia. ¿Y qué culpa tiene el que está detrás de una barra de eso? ¿Acaso tiene que ejercer de vigilante?», dijo.
Otras cuestiones que se plantearon en el encuentro versaron sobre los límites de la legislación en los espacios al aire libre relacionados con los establecimientos hosteleros. «Por ejemplo, un local que disponga de un patio sin cubrir, ¿es similar a una terraza? Al parecer, sí; por lo tanto, se permitiría fumar. Tampoco habrá problema en el caso de las zonas entoldadas pero sin cerrar del todo», dijo Álvarez.
Durante el primer mes de la entrada en vigor de la ley, Hostecor habilitará una mesa informativa para solucionar los problemas y las dudas que vayan surgiendo a los empresarios, «y a finales de enero, volveremos a reunirnos con la delegada para trasladarle todas estas cuestiones», dijo el gerente de la asociación.
