El principal sector productivo en Córdoba por número de empresas dio ayer la voz de alarma. La crisis económica se está haciendo demasiado larga para la subsistencia de muchos comercios, la mayoría de los cuales son pequeños negocios con poco margen de maniobra cuando las dificultades se acrecientan hasta límites considerables, como es la coyuntura actual.
La Federación Provincial del Comercio (Comercio Córdoba) presentó ayer una encuesta, realizada hace dos semanas a 223 empresarios minoristas de la ciudad y de grandes municipios de la provincia, cuyas conclusiones resultan inquietantes. El estudio revela que un 48,8 por ciento de los propietarios de las tiendas teme que su establecimiento tiene amenazada seriamente su continuidad en los próximos meses.
Este grupo se eleva en casi un 10 por ciento si se suman los que piensan que hay alguna posibilidad de que cierre su negocio por la falta de demanda. Sólo un 40,7 por ciento tiene asegurado su futuro.
En el informe se delimitan los resultados en función del territorio. Los minoristas de la capital son más pesimistas que los del resto de la provincia. El 52,2 por ciento de los primeros ve bastantes posibilidades de que su tienda no continúe abierta, mientras que de los segundos la cifra alcanza el 45,4. Dentro de la capital, el estudio no especifica qué barrios son los que tienen peores previsiones.
Los bajos niveles de ventas están detrás de estas negras estimaciones. Un 47,7 por ciento califica de malo o muy malo los resultados cosechados en cuanto al volumen de negocio conseguido durante el pasado año. Sólo un 8,6 por ciento lo considera como bueno o muy bueno, mientras que un 43,7 por ciento se quedan en un conformista regular. También en este caso la evolución de la capital ha sido peor que en la provincia. Con todo ello, casi un 40% de los comerciantes apunta que su situación actual es negativa o muy negativa.
Pesimismo generalizado
¿Y de cara al futuro? Las perspectivas para el conjunto de 2011 no son tan malas, pero sigue reinando el pesimismo. Casi el 36% de los encuestados augura que el ejercicio se saldará con peores cifras de ventas que en 2010, teniendo en cuenta que el año pasado ya fue malo para gran parte de ellos. Cerca de un 15 por ciento prefiere ver el vaso medio lleno y piensa que las cosas le irán mejor en los próximos meses.
El presidente de Comercio Córdoba, Rafael Bados, no puso ningún reparo en calificar los datos de «preocupantes» y «bastante negativos», y recordó que este año es el cuarto con caídas en los índices de consumo, lo que imposibilita la viabilidad de muchas de estas firmas por su pequeño tamaño. Bados reconoció que se están produciendo cierres de establecimientos, pero no cuantificó cuántos. En este sentido, la patronal está elaborando un estudio para delimitar cuántas tiendas han echado la persiana definitivamente en Córdoba a lo largo de los últimos años. Sus resultados se conocerán en pocas fechas.
Otro factor al que aluden estos empresarios son los problemas que están teniendo a la hora de poder acceder a la financiación bancaria. «Las condiciones para que se aprueben los créditos siguen siendo muy duras, aunque esperamos que esta situación mejore», aseveró Bados.
Un aspecto que los comerciantes han criticado reiteradamente en los últimos son las molestias causadas por las obras, con el caso de la reforma de la calle Cruz Conde como claro ejemplo. El máximo responsable de Comercio Córdoba prefirió no pronunciarse sobre esta cuestión, ya que su organización también está elaborando un informe sobre las repercusiones de esta polémica intervención municipal. Hay que recordar que este colectivo minorista siempre ha defendido el cierre completo al tráfico de esta céntrica vía, mientras que el Ayuntamiento sólo tiene pensado ejecutar una semipeatonalización. Bados reclamó a las administraciones públicas que muestren «una especial sensibilidad» hacia la actividad comercial, en correspondencia a su importante peso en la economía local y provincial. Sin embargo, no detalló las propuestas que su colectivo quiere plantear a las instituciones para revitalizar su tejido productivo.



