A los toros de Martínez Conradi les gusta el flamenco. «Se trata de animales con una gran viveza en el ojo, repetidores y que humillan», apunta el ganadero. Las reses, de procedencia Santa Coloma, andan con un ritmo particular mientras pastan en su habitat natural a la falda de la sierra de Hornachuelos. A primera vista se percibe que no se trata de un encaste común.
Álvaro Martínez Conradi recorre en coche y casi a diario los cercados de la Finca Fuen La Higuera, en el término municipal de Palma del Río. Para ver a los toros de frente enciende el reproductor musical de su vehículo y sube el volumen. Los animales responden con una mirada atenta que no se deja deslumbrar por el sol. «La música que les pongo es flamenco, que es lo que les gusta», señala. El ganadero, pese a conocer de memoria las reses apartadas para el encierro de Córdoba, muestra su cautela a la hora de descifrar cuáles son los reseñados. Sabe que «algunos no estarán porque se pelean en el campo». A pesar de ello, los apartados para el ciclo cordobés conformar una «corrida muy pareja».
Más que entusiasmo
En esta finca, este ganadero que se aproxima a los setenta años mantiene medio centenar de cornúpetas ya prefijados para las seis corridas y media de toros en las que participará y las cinco novilladas donde se lidiarán reses con este mismo hierro. Martínez Conradi se muestra entusiasmado con su primera comparecencia en Córdoba. Hasta ahora sólo había lidiado novilladas, la última en la época del «comandante» Dorado. «El Juli ha apostado por esta ganadería y Perera ya ha lidiado varias veces reses nuestras», revela el ganadero.
El propietario recuerda con detalle la época de novillero en la que Finito de Córdoba acudía «con cierta frecuencia» a la ganadería para tentar. El de El Arrecife matará por segunda vez en su vida una corrida con este hierro. La primera fue al mes siguiente de tomar la alternativa, hace ahora veinte años. La iniciativa de comparecer este año «partió de la casa Chopera», aclara el propietario.
Buena elección de reses
La imagen que proyecta el ganadero mientras cruza el apartado montado en su todoterreno rebosa tranquilidad en el gesto. A la vez se muestra seguro de la elección de las reses para Córdoba. «Era una corrida que bien podría entrar en la Feria de Bilbao, pero el empresario ha querido explícitamente que sea para Córdoba». El ganadero, aún así, con la prudencia que le caracteriza, matiza que «lo de Los Califas es una gran responsabilidad porque es una plaza de primera». Asume la cita con la incertidumbre propia de saber que el comportamiento de los toros siempre es una incógnita. Aún así, la perseverancia mantenida durante la última década, donde sólo han lidiado novilladas, se presupone como una garantía.
«Ésta es una ganadería que presenta pocas opciones. Siempre tenemos problemas con la consanguinidad porque no podemos refrescar con nadie». Y es que el único cruce posible para mantener la casta tan sólo se puede realizar con la parte de Joaquín Buendía. «Hago la ganadería con lo que tengo. Nos abrimos mucho a los sementales pero no podemos mantenerlos mucho tiempo». Este ha sido el motivo por el que «hemos estado lidiando únicamente novillos», según matiza. «La ganadería se vino abajo y decidimos cogerle un poco el aire a las novilladas para coger tono. Al no poder refrescar, hay que tener mucho cuidad con consaguinidad». Su labor se centra siempre en intentar abrir «nuevas líneas» con distintas familias que posee.
Martínez Conradi adquirió los derechos del hierro en 1992 y desde entonces ha conservado «con mucho esfuerzo» esta misma línea ganadera. Se trata de un encaste poco prodigado y que no se ha abierto en las ferias durante los últimos años. Estos animales, más allá de la viveza, poseen una característica común: «Son repetidores y humillan. Esto último lo hemos corregido bastante», explica el propietario mientras se enciende un cigarrillo negro.
Martínez Conradi confía en que sus animales embistan. La acometividad de estos toros es de la trasmite al público y al torero. «Cuando uno de estos te embiste humillado, el torero se siente a gusto». La Feria de Córdoba cuenta en este ciclo con uno de los atractivos ganaderos más interesantes que en la actualidad se puede presenciar en un coso taurino. En esencia, es una apuesta, pero también un debut que ha tardado tiempo en llevarse a efecto. La afición lo merece.